La cruz

Juan Chicharro

Proa al viento

La
Cruz es el símbolo esencial del cristianismo y su importancia se debe a su
asociación con la muerte de Cristo. Para el cristiano significa salvación,
no derrota y en ningún caso es símbolo de muerte sino de vida y el recuerdo del
suceso más trascendental en la historia del hombre. Por este motivo fue
escogida en su día la Cruz como símbolo del cristiano.

España,
nación cristiana desde tiempo inmemorial, se encuentra plagada de cruces allá
por donde vaya uno: en las iglesias, en las casas, en los caminos, en los
cementerios, en los cuellos a modo de cadenas…etc. La Cruz no ofende a
nadie sino todo lo contrario: es símbolo del amor fraterno.

Por
estas razones, y muchas otras, no se acaba de entender esa inquina que se ha
desatado en España contra la Cruz y lo que significa. Hay una reciente obsesión
en la rancia izquierda sociológica de dedicarse a derribar cruces como si en
España no hubiera otra cosa que hacer. Ahora la han tomado con las que
recuerdan a muchas personas, en su mayoría asesinadas en la guerra civil, e
incluso se oye hablar del derribo de cruces “franquistas”, adjetivo cuando
menos esperpéntico. Tengo la impresión de que lo que verdaderamente les molesta
es el recuerdo de que fueron sus padres y abuelos los que asesinaron a
aquellos cuyos nombres figuraban anexos a esas cruces.

El ejemplo más
cercano lo tenemos en Callosa del Segura donde una Cruz, como tantas otras en
España, recordaba a unos hombres que fueron simplemente masacrados y asesinados
en 1936. Y digo recordaba pues sabido es que el pasado día 29 de enero fue
retirada de forma sorpresiva – de madrugada y con grandes medidas de seguridad
– pese a la oposición de muchos vecinos de la localidad y contra una inminente
disposición judicial del Tribunal Superior de Justicia de Valencia que
paralizaba la retirada de la Cruz aceptando medidas cautelares. El Sr. Fran
Murcia, Alcalde de esa localidad, la retiró con nocturnidad y alevosía porque
sabía que el Tribunal iba a pronunciarse en defensa de la Cruz.

Me
pregunto yo que mal hacía la presencia de esa Cruz en ese pueblo de España como
no sea el recuerdo de que los nombres que allí figuraban fueron asesinados por
los abuelos de los que ahora se empeñan al amparo de una Ley de Memoria
Histórica que pretende borrar todo recuerdo de la historia.

El
ambiente en muchas zonas de España – especialmente en pueblos pequeños –
comienza a hacerse irrespirable en una espiral que recuerda a tiempos mucho más
desgraciados en los que por simplemente portar una cruz se asesinaba.

Y
por si esto fuera poco aparece ahora una Proposición de Ley del PSOE de
reforma de la vigente LMH con la “finalidad de reconocer y ampliar los derechos
así como establecer medidas en favor de quienes padecieron persecución o
violencia durante la guerra civil y la dictadura”, cuando en realidad lo que
preconiza es una serie de acciones a tomar – especialmente coercitivas
– contra todo aquel o aquellos que disientan de lo que en esta
Proposición se establece como verdad absoluta.

Así,
se tipifica como delito enaltecer la labor del franquismo y cualquier opinión
intelectual que no concuerde con lo que en ella se establece; se da forma a un
“Comité de la Verdad” constituida por personas de la misma ideología – ya se
pueden imaginar cual – que materializará su versión histórica y que todos
estaremos obligados a considerar como la única verdadera; se requiere, incluso,
a la Iglesia Católica a retirar cruces de los caídos en cementerios so pena de
que en caso de no cumplirse los propios ayuntamientos tendrán la obligación de
hacerlo; por supuesto, se arremete contra El Valle de los Caídos que se convertirá
en un centro nacional de la memoria colectiva democrática; se incluirán
programas educativos respecto a lo que significa la lucha por los valores y
libertades democráticas y así mucho más hasta ocupar nada menos que 31 páginas
incluyendo, ¡cómo no!, en su Título IV todo un esperpéntico régimen sancionador
para quien disienta de esta verdad impuesta del odio y rencor de una izquierda
trastornada.

La
verdad es que esta Proposición de Ley no es más que el desarrollo de una
memoria política sectaria por la que se causa a historiadores y articulistas un
daño inconcebible al no poder expresar sus libres opiniones so pena de situarse
contra la Ley y por lo tanto incurrir en posibles delitos.

A
mí que no me cuenten milongas. Lo que pretende el PSOE es atentar contra lo que
significa la Cruz, en la mejor línea de su historia, y que apuntaba al
principio de estas líneas, ante la pasividad cobarde de un PP sumido en
conflictos de conciencia internos y un C,s que no sabe ni por dónde anda a la
búsqueda de poder como sea y tragando con lo que sea.

Y
así, mientras España se deshace en 17 mini estados para mejor gloria de los que
obtienen luengos beneficios personales y de partido, una izquierda que aspira a
una España bolivariana nos sorprende ahora con una Proposición de Ley rencorosa
y arcaica.

¡Caramba!,
viajen por el mundo y verán como las cruces se encuentran por doquier
presidiendo las tumbas de cientos de miles de alemanes, franceses, ingleses o
norteamericanos caídos por sus ideales pero ¡claro! estos políticos, Pedro Sánchez
y Pablo Iglesias, sólo ven la historia de una parte y se olvidan del terror del
Madrid rojo de 1936.

Yo
creo que sería hora de pasar página y dejar a los muertos en paz de una vez.
España tiene muchos problemas en el presente y sólo nos faltaba regresar a
tiempos oscuros de nuestra historia.

Ya
está bien.


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