Las cartillas de racionamiento las trajo la izquierda

Pedro Fernández Barbadillo
Libertad Digital 
 
 

   A
diferencia de la Wikipedia en inglés y alemán, el nivel de la Wikipedia en
español parece el de Twitter, sobre todo en asuntos como la II República, la
guerra de 1936-39 y el régimen franquicia.

   Por
ejemplo, la entrada dedicada al racionamiento en España informa al desprevenido
lector de que éste se empezó a aplicar por una orden ministerial del 14 de mayo
de 1939, publicada en el BOE del día 17. A cualquiera que la lea le debería
llamar la atención el siguiente párrafo en el artículo 1º:

   Las
provincias en que ya esté implantado (el régimen de racionamiento), lo
conservarán, acomodándolo a lo que se dispone en la presente Orden.

   En
cambio, el redactor de la entrada de la Wikipedia no siente curiosidad por
averiguar por qué había provincias ya sometidas al racionamiento. La
explicación es que el primer sistema de racionamiento en España lo estableció
hace ahora 80 años el autotitulado ‘Gobierno de la Victoria’, presidido por el
socialista Largo Caballero, mediante un decreto de 5 de marzo de 1937 publicado
en la Gaceta de la República el 7.

   Art.
1º: “Se crea en todos los Municipios de la España leal la tarjeta de
racionamiento familiar.”

Bombardeos
con pan blanco

   De
manera asombrosa para la mentalidad actual, la zona nacional no sufrió ni
escasez, ni racionamiento, ni hiperinflación. Las únicas limitaciones oficiales
a la alimentación fueron el Día sin Postre y el Plato Único, que disminuían las
raciones en los almuerzos y destinaban el dinero sobrante a subsidios a los
combatientes y sus familias.

   Desde
1937, cada vez que las tropas de Burgos entraban en una ciudad, fuese Bilbao,
Santander, Tarragona, Barcelona, Madrid, o Cartagena, entraban también cocinas
de campaña y camiones cargados de pan y conservas.

   El
profesor estadounidense Michael Seidman estudió (La victoria nacional) las
economías y las retaguardias de ambos bandos en la guerra civil y las puso en
relación con las guerras civiles rusa y china de la primera mitad del siglo XX.

   Los
nacionales españoles destacan entre todos los beligerantes por haber evitado la
escasez que afligió a sus adversarios republicanos, por no mencionar a los
rusos blancos y los nacionalistas chinos. (…) La propaganda de los nacionales
dirigida a los soldados republicanos puso el énfasis en los estómagos repletos
de los insurgentes más que en ningún otro tema, aunque el dinero republicano
«carente de valor» le siguió de cerca. Los nacionales se jactaban del “pan
blanco de Franco” sin adulterar

   La
abundancia de comida en la zona nacional se aprovechó en una genial maniobra de
propaganda, admirada incluso en Berlín. La aviación de Franco realizó en el
otoño de 1938 varios bombardeos de pan blanco sobre Madrid, Barcelona y
Alicante. Un golpe durísimo a la ya tambaleante moral.

   En
los años 40, que han quedado en España como los años del hambre y de las
cartillas, se produjo un crecimiento de la esperanza de vida

   En
resumen, lo que hizo el Estado del 18 de Julio en mayo de 1939 fue extender el
racionamiento a su zona. Y eso ocurrió por dos motivos: el destrozo de la
agricultura y la ganadería en las provincias bajo el Frente Popular por
colectivizaciones, confiscaciones, hiperinflación y matanzas; y la entrega a
Stalin de las reservas de oro del Banco de España, que habrían servido para
avalar créditos pedidos al extranjero.

Hasta
Suiza y Suecia sufrieron racionamiento

   Sin
embargo, el racionamiento no fue una excepción española. A causa de la Segunda
Guerra Mundial, se estableció en toda Europa.

   A
los pocos días de estallar la guerra, el 15 de septiembre el III Reich impuso
el racionamiento de alimentos, que en la zona occidental (la República Federal)
duró hasta 1950 y en la oriental (RDA) hasta 1958.

   Los
demás beligerantes también lo introdujeron en los meses siguientes: Gran
Bretaña el 8 de enero de 1940 (beicon, mantequilla y azúcar) y Francia el 10 de
marzo (pan, mantequilla, carne). Finlandia, agredida por la URSS en noviembre
de 1939, también lo introdujo. Esta medida alcanzó EEUU, donde las primeras
restricciones (racionamiento de neumáticos) se aplicaron pocos días después del
ataque japonés a Pearl Harbor; en abril de 1942, alcanzó al azúcar.

   Varios
países neutrales durante toda la guerra, como Irlanda, Suecia, Portugal y
Suiza, también recurrieron a las cartillas (ver tabla). En Suecia, el último
alimento racionado, el café, se liberalizó en 1951.

 

*Para
el territorio bajo control del Frente Popular. Para toda España desde 1939.

Fuente:
Elaboración propia

 
Bajada
de la mortalidad en los años 40
 

   En
Inglaterra, país vencedor y casi incólume, receptor del Plan Marshall, con una
poderosa flota y un extenso imperio colonial, el racionamiento duró hasta 1954.
La pobreza en Londres sorprendía a los diplomáticos españoles y rusos. Los
últimos productos racionados fueron la carne y el beicon; pero debido a la crisis
de Suez (1956), se reintrodujo el racionamiento de gasolina, que se extendió
hasta abril de 1957.

   Madrid,
donde la Junta de Defensa de izquierdas comenzó a aplicar el racionamiento en
el otoño de 1936 por el aumento de población a causa de las evacuaciones
forzosas, fue la capital de Europa Occidental sometida al racionamiento, el
hambre y las colas durante más años.

   En
los años 40, que han quedado en España como los años del hambre y de las
cartillas, donde aumentaron las muertes por inanición (en parte por los
bloqueos comerciales anglosajones), se produjo un crecimiento de la esperanza
de vida, como constatan los investigadores que reunieron sus conclusiones en el
libro La conquista de la salud.

   Tras
el período bélico, se inicia el período de desplome más acentuado de la
mortalidad, que se prolonga hasta mediados de los años cincuenta, para después
continuar el proceso de forma más suave.

   Semejante
cambio respondió a la difusión de técnicas básicas de salud, higiene y
alimentación que ya se usaban en otros países, pero que en España llegaron a
las aldeas y los barrios pobres de las ciudades por obra, sobre todo, de la Sección
Femenina de Falange. Ésta fundó el Cuerpo de Divulgadoras Sanitario-Sociales
(1940), y envió a sus afiliadas a las zonas más abandonadas de la nación.

“¿Y
si se nos hiela la naranja?”

   El
racionamiento era tan impopular (el Gobierno Provisional francés lo suprimió en
octubre de 1945, pero cuando lo reintrodujo en diciembre se enfrentó a
protestas) y tan representativo del fracaso de los Gobiernos que fue uno de los
argumentos que usó el ministro de Hacienda Mariano Navarro Rubio para convencer
a Franco de que aprobase la apertura económica y el Plan de Estabilización.

   Ante
el riesgo de quiebra del Estado de no tomarse las medidas que exigía el FMI,
sumado a la postura de parte del Gobierno y de Franco de regresar a la
autarquía, Navarro Rubio (Mis memorias) le dijo:

   Mi
general, ¿qué pasará si tenemos que volver a la cartilla de racionamiento y se
nos hiela la naranja?

   Entonces
la naranja era uno de los escasos productos de exportación que aportaba las
divisas para comprar lo imprescindible en el extranjero.

   Franco
cedió y la economía española comenzó así un período de crecimiento que le llevó
a convertirse en la octava potencia industrial del mundo.

   Por
el contrario, en la posguerra, la izquierda comunista mostró su incapacidad
para alimentar a la población de los países donde mandaba y producir más
bienes. Hungría fue el primer país que suprimió el racionamiento (1948), pero
la dictadura comunista de la República Popular lo reintrodujo en 1951. En
Polonia, se reinstauró por unos años en la década de los 50 y luego, el período
más largo, entre 1976 y 1989. En Cuba, el castrismo introdujo en 1963 la
cartilla de racionamiento, que todavía dura; y sus discípulos chavistas la
impusieron en Venezuela en 2016.