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Vicente Bataller Alventosa
General de brigada (retirado)
Revista FNFF Nº 152
Introducción
La toma de Biutz por el capitán Franco lo convirtió en el comandante más joven (24 años) de España, ascendido por méritos de guerra en febrero de 1917. Nueve años después, en el desembarco de Alhucemas, el coronel Franco culminaría su etapa africanista y legionaria con su ascenso a general (33 años), también por méritos de guerra. De nuevo era el general más joven, no sólo de España, sino de Europa. Veamos seguidamente la actuación de Franco en el Alhucemas.
En 1924, Primo de Rivera, Jefe del Gobierno y Alto Comisario de Marruecos, ordenó efectuar un estudio exhaustivo de un desembarco que se mantuvo en secreto. El fracaso de las fuerzas anglo-francesas en el desembarco de la península turca de Gallipoli durante la I GM, con grandes pérdidas de personal y material, supuso un duro revés a la hora de plantear nuevos proyectos de esa índole.
En abril de 1925 Abd el Krim atacó por primera vez el Protectorado francés y provocó un acercamiento de Francia a España para combatir a un enemigo en común. La operación de desembarco preparada por Primo de Rivera fue aceptada por Pétain, nuevo jefe de las fuerzas francesas en Marruecos.
Primo de Rivera ya estaba decidido a efectuar el desembarco antes de acordarlo con los franceses, como lo demuestra la operación anfibia que, a modo de ensayo, se llevó a cabo en Alcazarseguir (frente a Tarifa, entre Ceuta y Tánger) el 30/03/1925. Intervino una fuerza de legionarios y regulares al mando del coronel Franco en una playa y acantilados similares a los de Alhucemas y se usaron las recién adquiridas barcazas K.
Los preparativos
El planeamiento de la operación consistía en desembarcar una primera oleada que establecería una cabeza de playa y se organizaría defensivamente para proteger y permitir el desembarco del resto de las fuerzas (unos 18.500 hombres). Posteriormente, se avanzaría atacando sucesivos objetivos hasta alcanzar las cabilas de Bocoya y Beni Urriaguel, incluida Axdir, sede de cuartel general de Abd el Krim.
El general Sanjurjo, jefe de las fuerzas terrestres, organizó dos columnas de desembarco, una procedente de Ceuta (9300 hombres), al mando del general Saro, y otra de Melilla (9200 hombres), a las órdenes del general Fernández Pérez. Las vanguardias de estas columnas las dirigían los coroneles Franco y Goded, respectivamente.
Franco, con el primer escalón de la columna Ceuta, llevaría el peso principal del desembarco. A su cargo tenía la VI y VII Banderas, tres tabores de harca (dos de Tetuán y uno de Larache), un tabor de la Mehala de Tetuán, el Batallón de Cazadores de África 3, una batería de montaña, la unidad de carros, más grupos de especialistas, explosivos, morteros, intendencia, equipo sanitario, etc., lo que sumaban unos 4500 hombres. Detrás de este escalón marcharían dos más, uno al mando del coronel Martín y otro de reserva, dirigido por el coronel Campins. En la columna de Melilla, las II y III Banderas iban integradas en la vanguardia del coronel Goded a la que seguía el escalón del coronel Vera.
Asimismo, como maniobras para distraer fuerzas a los rebeldes, estaba previsto que existieran movimientos terrestres desde Ben Karrich hacia Xauen y desde Azib de Midar hacia Sidi Driss.
El embarque y traslado
La hora elegida para el desembarco fue las 04:00 del 7/09/1925. La carga de material en el puerto de Ceuta se inició el 26/08 y el embarque de unidades a las 08:00 del 5/09. En la misma fecha se procedía de una forma similar con el embarque en la columna de Melilla.
La flota que transportaba a la columna Ceuta zarpó en dirección a Río Martín donde contactó con la Escuadra de Instrucción procedente de Algeciras. Posteriormente reanudó la navegación y al llegar el día 6 a la altura de Uad Lau efectuó con unidades de la vanguardia un simulacro de desembarco. Luego, continuó rumbo hacia Alhucemas donde una intensa niebla impidió desembarcar el día 7. La operación se retrasó 24 horas.
Respecto a la columna de Melilla, que también inició la navegación el día 5 e igualmente simuló amagos de desembarco, en este caso en Sidi Driss y Cabo Kilates, cuando alcanzó Alhucemas se le ordenó que las dos banderas legionarias y un tabor de regulares continuaron a toda velocidad hasta el puerto de Ceuta (y luego en tren a Tetuán) para liberar a la asediada Kudia Tahar, próxima a Tetuán.
Por este motivo la columna de Melilla no se pudo constituir la cabeza de playa y toda la responsabilidad del éxito de la operación recayó en la de Ceuta y, concretamente, en el coronel Franco, encargado de la única cabeza del desembarco que finalmente se establecería.
El día 8 a las 08:20 comenzó el bombardeo de los buques españoles sobre la zona del desembarco. Sobre las 11:40 las barcazas K fueron remolcadas hacia la costa. A un km antes de alcanzar las playas de Ixdain y La Cebadilla los remolcadores soltaron cabos y las K continuaron con sus motores autónomos.
La cabeza de playa
Las barcazas K.21 y K.23, con la VI Bandera, iban en vanguardia. La primera barcaza en varar en el desembarco de Alhucemas fue la K 23, que llevaba a bordo a la 24 compañía, pero lo hizo a unos 50 metros de la orilla por culpa del fondo rocoso. Franco ordenó a su cornetín dar la contraseña: «¡Legionarios a luchar, legionarios a morir!», y la orden de ataque. Los legionarios saltaron con agua hasta el pecho (un metro); llevaban el armamento y munición en alto para evitar su mojadura. Luego desembarcó la 22 compañía y la de máquinas. Los legionarios se lanzaron velozmente al asalto, tomaron posiciones y avanzaron para ensanchar cada vez más la cabeza de playa. Dada la profundidad del agua donde quedaron las barcazas, no se pudieron desembarcar los carros de asalto y la artillería.
En las sucesivas oleadas llegaron la VII Bandera (sobre las 15:00), que reforzó a la VI, y juntas avanzaron hasta las alturas de Los Frailes y Morro Nuevo. La Mehal-la de Larache al alcanzar la playa se estableció a la izquierda de las harcas y el Batallón de Cazadores de África 3 a la derecha. Posteriormente desembarcaron las otros dos escalones de la columna de Ceuta, el del coronel Martín (sobre las 13:05) y la reserva del coronel Campins, el día 9. Durante este día también descendieron los carros de combate (por primera vez en la historia militar). Todo ello con el apoyo de los 214 cañones de todos los calibres de los buques de la Marina y los 24 asentados en el Peñón de Alhucemas. Desde el aire, el apoyo se recibió de 162 aviones (la mayor concentración hasta entonces).
Franco durante los días 9, 10 y 11, bajo un fuego constante y muy certero de los rifeños, consolidó lo conquistado y estableció un fuerte perímetro defensivo con alambradas, trincheras, lunetas y puestos de ametralladoras para prevenir un contraataque enemigo (como así ocurrió en las noches del día 11 y 12, siendo rechazados).
El 11 por la tarde, tras regresar las fuerzas que liberaron Kudia Tahar, la columna de Melilla desembarcó en la pequeña playa de Los Frailes, dentro de la cabeza de playa, desde donde las tropas subieron a Morro Nuevo y relevaron a las fuerzas de Franco allí presentes que se desplazaron hacia el oeste.
Las bajas sufridas en estas primeras operaciones fueron 1 oficial muerto y 2 heridos y 11 muertos y 89 heridos de tropa.
Avance del 23 de septiembre
El 23/09, tras 15 días de retraso debido al mal estado de la mar que dificultó las tareas del desembarco de material, se inició el avance de las dos columnas, progresando simultáneamente de norte a sur en dos zonas de acción. Por la del este (derecha) marchó la de Melilla, que atacó Malmusi Bajo (La Cedeñosa, sede años más tarde del cuartel del 4º Tercio) y Morro Viejo; por la del oeste (izquierda) la columna de Ceuta, que conquistó el monte Malsumi Alto (conocido como Los Cuernos de Xauen). Los carros de asalto intervinieron por primera vez y avanzaron entre las dos columnas. El ataque se inició a las 07:00, una vez preparado el terreno por los fuegos de la artillería terrestre, marítima y de los aviones…
Los combates fueron muy duros en general y en especial durante el asalto a los Cuernos de Xauen (Malmusi Alto), según comenta el coronel Franco en su Diario de Alhucemas:
“El enemigo aparece atrincherado en las primeras alturas y grietas… La lucha se hace empeñada… Las bombas de mano se suceden, el enemigo desde sus cuevas y trincheras disputa el terreno a la desesperada… Las granadas se multiplican… Las explosiones entre los grupos de nuestros harkeños delatan la existencia de minas enemigas. En esta lucha, harkeños, mehaznis y legionarios rivalizan en actos de valor… A las 10:45 se da el asalto a las últimas crestas y “cuernos” de Malmusi Alto por harkeños y legionarios, coronando todos los objetivos y persiguiendo al enemigo por barrancadas y cañadas”.
Los ataques del 23/09 finalizaron con un éxito total a pesar combatir contra un enemigo atrincherado que luchó con gran arrojo.
Durante el combate al Malmusi Alto destacaron dos oficiales legionarios, recompensados a título póstumo con la Laureada, el alférez Antonio Navarro y el teniente José Espinosa.
El día 24 se organizó el desembarco de tropas y material en la Cala del Quemado, próxima a Morro Viejo que se había limpiado de rifeños el día anterior.
Avance del 30 de septiembre al 2 de octubre
Tras una pausa para reponer municiones y víveres, a las 07:30 del 30/09 se reanudaron las operaciones. En esta ocasión el objetivo de la columna de Ceuta era el monte de Las Palomas y los de la de Melilla, los montes Tara Mara y Buyibar.
La vanguardia de Franco, tras conquistar con mucho esfuerzo la Cota O de Las Palomas, fue relevada por las fuerzas del coronel Martín que marchaban en segundo escalón. El 1/10 atacaron el Yebel Amekran y el día 2 las Rocosas hasta alcanzar Axdir y las casas del cuartel general de Abd el Krin. Por su parte, la columna de Melilla prosiguió hacia el Adrar Sedun y Rocosa Norte, tomando antes la punta de Espalmadero. El 2 de octubre llegó hasta Axdir.
Abd el Krim huyó abandonando armamento, municiones y material. Se capturaron muchos prisioneros. El objetivo del desembarco de alcanzar y desmantelar el centro neurálgico de los rebeldes se había cumplido. El coronel Franco, que llevó con sumo acierto el establecimiento de la cabeza de playa y el posterior asalto con éxito a los dos objetivos más importantes y difíciles de la operación, Malmusi Alto y Las Palomas, fue recompensado con el ascenso al generalato.