Alfonso Paso, dramaturgo y muchas cosas más

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Alfonso Paso Gil, que tal era su nombre completo, nació en Madrid el 12 de septiembre de 1926 en el seno de una familia de autores teatrales, artistas y especialmente músicos. Fue hijo de Antonio Paso Cano, dramaturgo y libretista de zarzuelas, miembro de la Generación del 98, y de la actriz Juana Gil. Tío suyo era Manuel Paso Cano, poeta y periodista.

 
   Se casó con Evangelina Jardiel, con la que tuvo una hija: Paloma Paso Jardiel, por lo que Enrique Jardiel Poncela fue su padre político. Estudió Filosofía y Letras, en la rama de Historia de América y Arqueología, consiguiendo el Premio Extraordinario fin de carrera en 1952. También estudió Medicina y Psiquiatría y, en 1974, se licenció en Periodismo.
 
   Dramaturgo, autor de sainetes dramáticos, comedias, tragedias y obras de denuncia social. Sus libretos destacaron por el humor reflejado en los diálogos y la originalidad de las situaciones y personajes. En 1968, Alfonso Paso tiene 7 obras en cartel en 7 teatros de Madrid con tres funciones diarias, durante varios meses, el cartel de “No hay localidades” figura en los 7 teatros. Como anécdota curiosa se puede contar que durante esos años corría una historia por Madrid que decía que Paso estrenaría eventualmente en todos los teatros de Madrid excepto en el Teatro Real. La excepción era que en este teatro (cerrado por obras desde 1926) figuraba un letrero en la puerta que decía: “Prohibido el Paso”. Él mismo trabajaba a veces como actor en sus propias obras, y viajó por todo el mundo para presentarlas.
 

   Su primera comedia, Un tic-tac de reloj, la escribió en 1946 y constaba de un sólo acto. Intentó en los inicios de su carrera una renovación teatral, con obras como Juicio contra un sinvergüenza y Los pobrecitos, pero se plegó a los gustos de la clase media de los años 50 y 60, escribiendo un teatro de evasión, más dedicado a entretener.
 
   Su éxito fue enorme, llegando a ser el dramaturgo más fecundo de su tiempo, habiendo escrito la ingente cantidad de 436 obras de teatro en su no muy larga vida. Este éxito tiene mucho que ver con el hecho de que algunas de sus obras fueron compradas para el cine. Varios años después de su muerte sus obras siguen siendo de gran interés, por lo que siguen representándose en varios países teniendo buena acogida, como en Alemania, Turquía, República Checa, Hungría y México, entre otros. Ha sido traducido a más de 24 idiomas, entre ellos italiano, francés, inglés, alemán, ruso, sueco, noruego, danés, checo, húngaro, japonés, polaco, turco, portugués o árabe. Fue el primer autor español vivo que estrenó en Broadway, con la comedia El canto de la cigarra. Obtuvo, entre otros muchos, los siguientes galardones: Premio Carlos Arniches, por su obra Los pobrecitos (1957), Premio Nacional de Teatro, por El cielo dentro de casa (1957),  Premio Nacional de Teatro, por Aurelia y sus hombres (1961), Premio Álvarez Quintero de la Real Academia Española, por El cielo dentro de casa (1960), concesión de la Encomienda de Isabel La Católica (1961), Premio Maria Rolland, por Las que tienen que servir (1962),  Premio de la Critica de Barcelona, por Sí Quiero (1965), Premio Leopoldo Cano de Valladolid por Querido Profesor (1966), Medalla de Plata con Ramas de Roble al Mérito en el Trabajo (1973), Premio Café Gijón por su novela Ministro (1975). Sus obras El cielo dentro de casa y En El Escorial, cariño mío fueron seleccionadas en 1977 como objeto de estudio por la Academia Sueca.
 
 

 

   Fue profundamente joseantoniano, llegando a esa convicción a base de estudiar los escritos del Fundador y convencerse de que eran la verdadera solución para España y el Mundo. Solía acudir a actos que se celebraban por toda la geografía española, acompañado de Juan Manuel Pérez Miró, Amparo Mariné Barranco, Ángel León Isasmendi, Alicia de Ceano-Vivas y otros amigos, siempre de incógnito, para seguir aprehendiendo la doctrina nacional-sindicalista.
 
   Fue colaborador de ABC, Semana, Diez minutos y del diario El Alcázar donde firmaba, junto a su nombre, con el dibujo de un gatito encaramado a un tejado mirando las estrellas: reflejaba así su costumbre de escribir de noche. Su columna en este desaparecido “democráticamente” diario El Alcázar era de las más leídas y tenía un gran éxito.
 
   Fue Jefe de Prensa del Ministerio de Obras Públicas en 1972. Fue asimismo, Director y Guionista de cine, de gran éxito, y participó en algunas de las más famosas películas del cine español y, también, actuó en muchas de ellas. Igualmente fue guionista de series de televisión, siendo El último café con Antonio Garisa de protagonista, uno de sus mayores éxitos, permaneciendo más de dos años seguidos en la pequeña pantalla.
 
   Falleció en Madrid el 10 de julio de 1978, víctima del cáncer. En el Tanatorio de la M-30 madrileño fue despedido por una representación del grupo Jóvenes Falangistas, que saludaron al paso del coche fúnebre a la manera que a él tanto le gustaba.   
 
 
 

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