Juan Delgado Luna
Historiador ferroviario
La RENFE que hoy podemos disfrutar y que en este año 2016 cumple su 75 aniversario nada tiene que ver a la de aquellos primeros y duros años en los cuales los ferroviarios dieron todo por el ferrocarril. Para conmemorar esta efeméride nos centraremos en relatar su primer año de vida. Si retrocedemos en el tiempo comprobaremos que la contienda civil y la II Guerra Mundial no conformaron el escenario más favorable para la creación de una red nacional ferroviaria. Las serias deficiencias económicas que las diversas compañías ferroviarias venían sufriendo en los años 30 del pasado siglo, condujeron a la nacionalización de este medio de transporte, acogiéndose a la Ley promulgada el 8 de mayo de 1939.
El 1 de febrero de 1941, bajo el visto bueno del Jefe de Estado Francisco Franco, mediante la Ley de Ordenación Ferroviaria y Transportes por Carretera, se crea la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles.
La nueva empresa aglutinará a toda la red de vía de ancho ibérico (1674mm), rescatando de la quiebra las concesiones ferroviarias que se otorgaron a las antiguas compañías, destacando La Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, MZA, OESTE o Andaluces, sumando un total de 12401 km, que pasarán a formar parte de una red única bajo una gestión autárquica, con pocos recursos pero con mucha voluntad que fueron imprescindibles para sacar adelante este gran proyecto ferroviario en esos tiempos tan complicados.
El duro trabajo de reflotar las directrices de la nueva empresa fue puesto en sus primeros meses en manos de los máximos responsables de las antiguas compañías (Consejos Directivos). Su poder estuvo limitado, estando supervisados bajo las órdenes de los directivos de la recién creada RENFE.
Esperaba la reparación de gran parte de locomotoras, material remolcado e instalaciones que se vieron seriamente afectadas en los tres años de contienda civil, que sumadas a las deficiencias económicas por las que atravesaba nuestro país, no ponían nada fácil al Caudillo y a su equipo de gobierno el “saneamiento y reflote” de una débil red ferroviaria que se convertiría en las siguientes décadas en uno de los motores de la economía española.
Finalmente el 14 de marzo se aprobaría la creación de la Comisaría de Material Ferroviario. Esta se encargaría de llevar a cabo la reconstrucción y reparación del ferrocarril que tratamos en estas líneas.
Esta “transición” finalizará el 1 de agosto, momento en el cual los nuevos directivos de la RENFE a las órdenes del primer presidente de la RENFE, don Gregorio Pérez Conesa, se hacen cargo de forma definitiva, recayendo sobre ellos toda la responsabilidad de sus cargos.
Los primeros problemas no se hicieron esperar, líneas y estaciones de diferentes compañías, junto al material motor y remolcado tuvieron que convivir e integrarse en la misma compañía, teniendo que redistribuirse los servicios y medios con los que afrontar el día a día. Normalización y unificación darán muchos quebraderos de cabeza y muchísimo trabajo.
Dentro de una problemática autárquica que agravaba aún más las dificultades para la reconstrucción de líneas, estaciones o puentes hubo que sumar el impedimento en la compra en el mercado europeo sumido en la II Guerra Mundial, de materiales, locomotoras, vagones y equipos imprescindibles para el buen desarrollo de la explotación de una empresa de estas características.
De aquel difícil y complicado primer año, ya casi nadie se acuerda pero hoy en este pequeño artículo recordaremos a la “gran familia ferroviaria” que tuvo que realizar un esfuerzo titánico para levantar un ferrocarril herido de muerte, que en la actualidad tras muchas décadas de duro trabajo y sacrificio ha podido acceder al selecto y reducido club ferroviario de la Alta Velocidad. Hoy en día, circulan por nuestras líneas miles de modernos trenes Intercity, Cercanías, Medias Distancias, Aves, Trenes Hotel, Alvias, o prestigiosos trenes turísticos como el Al Ándalus o el Trascantabrico que forman parte de la visión diaria de los ciudadanos españoles.
Aquellos primeros años de esta gran empresa y la acertada nacionalización con el paso del tiempo fueron dando sus frutos. Los primeros metros de viejos y rehusados carriles de 1941 poco a poco nos han conducido hasta la actualidad, en los que modernos AVES logran alcanzan los 320 km/h en algunos de los tramos de perfil más favorable, pudiendo decir que los españoles pueden disfrutar de unos de los mejores ferrocarriles a nivel mundial.
A todos los españoles que se sacrificaron y confiaron en aquel lejano año de 1941 el difícil proyecto de reconstruir y sacar adelante nuestro ferrocarril.
Agradecimientos: Museo del Ferrocarril de Madrid