Aspectos constructivos del Valle de los Caídos, por Alberto L. Nuñez

 

Alberto López Núñez

Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos

En plena Guerra Civil española, surge en la voluntad del Caudillo la idea de realizar al finalizar el conflicto un monumento a quienes cayeron por Dios y por España en ambos bandos, hermanados bajo el amparo de la Cruz. 

En este artículo vamos a ocuparnos de algunos aspectos constructivos, desde un punto de vista ingenieril, que hacen del Valle de los Caídos un conjunto monumental sumamente interesante.

Franco encarga, recién finalizada la contienda, el proyecto del Monumento a los Caídos al arquitecto Pedro Muguruza, Director General de Arquitectura, iniciándose los trabajos preparatorios en 1940. Se crea para la dirección y administración de las obras el Consejo de las Obras del Monumento Nacional a los Caídos.

Se convoca en 1941 el concurso para las obras de la Basílica, que se adjudica a la empresa San Román. Se convoca además un concurso independiente para la Cruz Monumental, presentándose al mismo un total de 20 aspirantes al premio.

Se falló el premio en febrero de 1943, resultando vencedora la propuesta de Luis Moya, concediéndose más accésit. Sin embargo ninguno de los proyectos cumplía con las condiciones del concurso, por lo que es el propio Muguruza quien recibe el encargo de realizar la Cruz. 

Sin embargo, al morir Don Pedro en 1949, el proyecto será realizado finalmente por Diego Méndez, quien le toma el relevo en la dirección de las obras. Hasta entonces, bajo su batuta, se habían llevado a cabo las siguientes obras: 

⦁ Perforación del Risco de la Nava hasta el crucero (mediante un túnel de 11×11 metros)

⦁ Vaciado de la bóveda del Crucero y revestimiento con mampostería gruesa.

⦁ Exedra (que posteriormente sería sustituida por una arquería)

⦁ Estructura e instalaciones de lo que fue el Centro de Estudios Sociales.

⦁ Vía Crucis. 

 

La carretera de acceso al Valle la diseñó el ingeniero de Caminos Jesús Iribas de Miguel, y se adjudicó el concurso a la empresa Banús. 

Tras la muerte de Pedro Muguruza, asume la dirección de las obras Diego Méndez, disolviéndose la Junta por considerar que ya había cumplido su función. Veamos los principales elementos constructivos que aborda Méndez:

⦁ LA EXPLANADA

Es la segunda más grande del mundo en su especie, sólo superada por la de la Ciudad del Vaticano. Fue construida con material extraído en el vaciado del ensanchamiento de la Basílica, siendo las obras llevadas a cabo por la empresa Huarte por algo más de 21 millones y medio de pesetas en 1952. 

En la explanada se ubica esplendorosa la arquería de entrada, simétrica, integrada por 20 arcos de línea clásica. Inicialmente Muguruza pensó en una exedra, con 5 arcos a cada lado tabicados, y en cada uno, el perfil adintelado de una ventana rematado con un corona de laurel.

Finalmente, al asumir la obra Diego Méndez opta por su configuración actual de 20 arcos, con los paramentos verticales formados con mármol negro pulimentado, en los cuales se pensaba inscribir los nombres de todos los allí enterrados. Sin embargo, Méndez, en su libro sobre el Valle de los Caídos, nos dice que no fue posible pues no se conocía la identidad de todos los que iban a ser enterrados, y al tener que pedirse permiso para enterrar a la gente allí, se demoraba demasiado y se desechó la idea. Las obras se terminaron en un año. 

 

⦁ PORTADA DE LA BASÍLICA

El proyecto inicial de Muguruza fue descartado, optándose finalmente por la portada de bronce de 10,4 x 5,8 metros, con los quince misterios del Rosario en los bajorrelieves, obra de Fernando Cruz, que en la actualidad sigue recibiendo a quienes peregrinan a la Basílica. 

⦁ NAVE PRINCIPAL

Tiene 88,4 metros de largo, 18 de ancho y 19 de alto, dividida en cuatro tramos por tres arcos fajones de medio punto, a cuyos lados se sitúan capillas destinadas a distintas advocaciones de la Virgen Santísima. Los tramos que integran la nave están a su vez divididos por cuatro arcos labrados con dovelas resaltadas.

Franco pretendía que la excavación dela roca quedara desnuda, a la vista, pero debido a las grandes oquedades y sobre todo, al diaclasamiento de la roca y al peligro de meteorización, se recubrió, realizando una bóveda de hormigón armado apoyado en una estructura metálica de arcos fajones.  

Debido a las numerosas e importantes filtraciones de agua existentes, se hubieron de disponer drenajes y obras de impermeabilización que retrasaron el ritmo de las obras. El líquido se recoge en galerías laterales que desaguan en una atarjea bajo la nave central, que aloja también las líneas generales de abastecimiento, la instalación eléctrica y los canales de aire acondicionado. 

⦁ CRUCERO Y ALTAR MAYOR

Se presenta el proyecto en 1954. Se contempla el encuentro de los cuatro brazos en planta mediante otros tantos arcos, hechas las correcciones ópticas necesarias para evitar el efecto de vuelco propio de la intersección de dos cilindros. 

Al fondo de los brazos laterales del crucero se abren dos capillas, ambas simétricas, de planta rectangular con una salida lateral a los corredores. Se optó por dejar un espacio interior dividido en dos huecos, para ascensor y escalera, que conducen a la base dela Cruz. 

Para llegar de la nave al brazo central del crucero, se ascienden 10 escalones. Este brazo tiene unas dimensiones de 25,6 metros de longitud, 13,6 de anchura y 14,8 de alto, y está dividido en tramos por varios contrafuertes que contienen esculturas de granito simbolizando los soldados de las Fuerzas Armadas. 

Durante la construcción de la bóveda, se observaron grandes humedades, por lo que fue necesario actuar con un bóveda de membrana, separada de otra resistente, a una distancia de dos metros del arranque, impermeabilizándose. El espacio entre ambas permite la corrección de cualquier filtración que pueda presentarse. 

Toda la roca presentaba muchas filtraciones, por lo que fue necesario realizar una galería subterránea que encauzara todas las aguas filtradas. Se adosó además al muro que se construía pegado a la roca, otro con bloques huecos de hormigón prefabriado, para canalizar el líquido de la atarjea de recogida y para formar chimeneas que garantizasen la ventilación del conjunto. 

En cuanto al mosaico que corona la gran bóveda, está colocado sobre una bóveda de membrana de hormigón armado, separada de la mampostería que cubre la excavación, para evitar filtraciones. Se realizó además la consolidación con inyecciones en la bóveda del crucero para garantizar una óptima impermeabilidad. 

Para evitar humedades en las paredes del crucero, se realizaron taladros en forma de abanico para drenajes, con profundidades entre los 15 y 40 metros. En el Altar Mayor, un magnífico Cristo del escultor Beobides corona el conjunto, con policromados del genial Zuloaga. Cabe destacar como curiosidad histórica que fue el propio Caudillo quién seleccionó las maderas de la cruz, cortándolas personalmente en el bosque de Riofrío. 

⦁ LA CRUZ

La Cruz presentaba una serie de problemas o retos previos a su construcción, que eran los siguientes: 

⦁ No existía una obra de semejante envergadura. 

⦁ 20 metros antes de la parte superior, los brazos de 46 metros de longitud cada uno, darían lugar a enormes momentos flectores que podrían destrozar la base de la Cruz. 

⦁ Risco inaccesible con alturas entre los 150 y los 300 metros. 

⦁ Volumen importante de granito a remover, y hormigón a elevar a alturas de 300 metros. 

Otro reto importante eran los esfuerzos a los que se vería sometida la Cruz una vez construida, fundamentalmente el peso propio y el viento. 

Se consideró y calculó la influencia de la nieve y del hielo, y resultaron ser despreciables frente a los dos esfuerzos anteriormente mencionados. 

Para obtener el viento de cálculo, dada la disparidad de datos disponibles, se encargó un informe al Instituto Técnico de la Construcción, decidiéndose finalmente efectuar los cálculos para vientos entre los 150 y los 340 km/h, rebasando en un 50% las instrucciones más exigentes. 

En lo tocante al mástil o fuste de la Cruz, debía resistir los enormes momentos flectores producidos por ese viento. Desechada la idea del andamio exterior, por dificultosa y costosa, se optó por trasdosar la envolvente de piedra de granito, usando hormigón armado por ser impermeable y resistente. Se desechó la idea de pretensarlo por cara e ineficaz, optándose por sustituir parte de los redondos necesarios por perfiles laminados. 

La sección tipo del fuste estaba formada estructuralmente por un octógono regular con apotema variable desde 2.35 m. a 1.73 metros. El espesor mínimo de las paredes es de veinte centímetros de hormigón armado. Los tabiques interiores tienen un espesor mínimo de 40 cm de hormigón. 

En el hueco central del octógono se dispuso una escalera helicoidal de hormigón armado, y en su centro un ascensor para 4 personas. 

En la base el fuste se ensancha, y allí se enclavan las estatuas de los evangelistas obra de Juan de Ávalos. Es un cuerpo de reparto de esfuerzos sobre la base, de 50×40 metros. Entre el basamento y el primer cuerpo de estatuas se dispuso un fuerte losa de hormigón armado para transmitir los esfuerzos.

Los brazos son ménsulas compensadas de 23,5 metros cada una, soportando su peso propio y el viento. Al ser considerable la flexión causada por el peso propio, se intentó disminuirlo colocando piedras de diez centímetros de espesor sólo en las caras inferiores y laterales, y revestimiento de plomo en las superiores. 

El proceso constructivo se articuló en 3 etapas: 

⦁ Basamento: gran plataforma de hormigón en masa, chapada de granito. En el fuste, el granito serviría de encofrado exterior para la formación de la estructura, integrada por dos rectángulos aligerados que se cruzan dejando un hueco central octogonal y cuatro rectángulos en sus brazos, de los cuales se rellenan dos posteriormente para conseguir el peso necesario. La primera fase necesitó de grandes volúmenes de hormigón y piedra, y su construcción duró un año, con producciones medias de 120 toneladas de hormigón. 

⦁ Zona intermedia: se previó que la erección de la Cruz se llevase a cabo con andamiaje interno, lo que constituía una novedad, pues erigir un andamiaje exterior hubiera llevado a cuadruplicar el presupuesto de construcción. Y se preveía más seguro este andamiaje que el exterior para los obreros. Se instalaron dos montacargas de 3000 kg para elevar las piedras, un central eléctrica Diésel, un poblado completo de obreros, instalaciones de machaqueo, silos, hormigonado, talleres, muelles de carga etc. Además de un potente pararrayos que se montó desde el principio y se fue elevando simultáneamente a la construcción. La velocidad media de construcción fue de setenta centímetros diarios. Se colocaba una hilada de granito en todo el contorno (50 piedras con un peso medio de 500 kg), se arreglaban las armaduras y se situaba el encofrado interior, para después hormigonar. La construcción del fuste duró 14 meses, debido a la imposibilidad de trabajar algunos de ellos por las condiciones climatológicas. 

⦁ En la construcción de los brazos, se alcanzó el cénit de dificultad, dado que había que trabajar a gran altura. Para ello se proyectó la estructura metálica a base de triángulos  atornillados de los cuales se colgaban los andamios. Esta operación, para evitar muertes, fue realizada primero a escasa altura para enseñar a los obreros, y después reproducida en altura. Los brazos se construyeron a la vez y se invirtieron 5 meses. 

La Cruz se terminó totalmente en septiembre de 1956 y a modo de resumen, pueden darse las siguientes cifras: 

HORMIGÓN EN MASA 24.650.000 metros cúbicos

HORMIGÓN ARMADO 24.850.000 metros cúbicos

GRAVA 44.500.000 “

ARENA 24.750.000 “

CEMENTO 14.860.000 “

HIERRO 772.000 Toneladas

MAMPOSTERÍA 3.700.000 metros cúbicos

CANTERÍA DE GRANITO LABRADO 4.230.000 metros cúbicos

⦁ POBLADOS OBREROS

Se construyeron 3 en las proximidades. El central contaba con capilla, clínica y una escuela, además de un economato para abastecer a los obreros de los productos de primera necesidad. Se levantaron en dichos poblados viviendas de dos pisos con patio central interior, con calefacción.

Adquisición de la finca 653.483,76

Concursos de maquetas 132.915,58

Oficina técnica 861.245,97

Basílica 256.171.933,15

Carreteras 30.330.431,18

Monasterio 60.330.159,80

Exedra 111.851.898,07

Cerca 1.546.276,70

Vía Crucis 19.510.292,64

Presa 7.686.131,20

Alcantarillado 6.104.648,91

Labra de piedra 16.136.886,93

Repoblación forestal 1.325

Juanelos 860.094,07

Maquetas 257.435,46

Sueldos personal 11.242.954,79

Obras auxiliares 82.326.356,82

Cruz Monumental 114.704.043,55

Explanada 46.774.744,34

Concurso de relieves 260.000

Entrada a la Basílica 5.763.547,28

Galerías 6.138.775,93

Arquería y explanada 59.664.526,46

Puerta anterior de la basílica 3.662.240

Puerta posterior de la basílica 14.425.009

Galería de acceso posterior 9.698.364,44

Monasterio 89.895.698,36

Tapices 480.357,55

Defensa del Monte 2.158.788,98

Red de riego en la arquería 2.464.049,48

Escudo de la Fundación 72.500

Puerta del recinto de entrada 1.269.339,22

Viviendas para empleados 20.867.945,72

Viviendas para obreros 620.000 Total 1.159.505.687,73

Nota: los datos constructivos, fotografías y presupuestos han sido sacados de la obra de Diego Méndez “El Valle de los Caídos”, editada por la Fundación Nacional Francisco Franco. 


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