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A diferencia del Departamento Central de Auxilio de Invierno, las instituciones del Departamento Central de Protección a la Madre y al Niño fueron incrementándose con el paso de los años en función de las demandas[1], como se puede apreciar en la siguiente tabla:
AÑO |
Comedores de Madres Gestantes y Lactantes |
Centros de Maternología |
Socorros Especiales |
Maternidades |
CAI[2] |
Hogares |
|||||
|
NºI[3] |
NºA[4] |
NºI |
NºA |
|
NºI |
NºA[5] |
NºI |
NºA |
NºI |
NºA |
1936 |
|
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|
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|
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1937 |
|
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1938 |
|
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19 |
766 |
1939 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
25 |
1.500 |
1940 |
2 |
330 |
2 |
5.114 |
|
|
|
49 |
39.834 |
35 |
2.357 |
1941 |
8 |
1.227 |
9 |
12.556 |
29.621 |
1 |
42/9.164 |
79 |
41.715 |
71 |
5.205 |
1942 |
14 |
1.977 |
11 |
18.515 |
28.462 |
2 |
142/9.994 |
100 |
45.810 |
86 |
8.566 |
1943 |
22 |
2.627 |
15 |
20.312 |
30.245 |
6 |
201/13.782 |
113 |
49.548 |
98 |
10.425 |
1944 |
29 |
3.487 |
20 |
25.492 |
31.582 |
8 |
286/18.624 |
132 |
61.119 |
108 |
11.014 |
1945 |
32 |
4.012 |
28 |
44.637 |
26.428 |
8 |
286/20.424 |
147 |
70.274 |
107 |
12.936 |
1946 |
30 |
3.562 |
26 |
48.121 |
24.265 |
8 |
286/25.257 |
156 |
76.517 |
104 |
13.974 |
1947 |
31 |
4.052 |
28 |
7.814 |
13.674 |
8 |
286/27.484 |
159 |
65.241 |
106 |
14.132 |
En virtud del Decreto de la Presidencia del Gobierno de 18 de junio de 1959, las actividades de enseñanza primaria, que realizaba Auxilio Social, debían regirse por lo dispuesto en la Ley de Enseñanza Primaria de 17 de junio de 1945, con la previsión de un Consejo Escolar Primario de Auxilio Social. Sus funciones consistían en proponer al Ministerio la creación de nuevas escuelas primarias, que se constituirían como Escuelas Nacionales en régimen de Patronato[6].
El Departamento Central de Hogares de Aprendizaje y el Rectorado Central de Enseñanza Media y Universitaria
El Fuero de los Españoles (1945) en su artículo 5º otorgaba a todos los españoles el derecho a «recibir educación e instrucción y el deber de adquirirlas bien en el seno de su familia o en centros privados o públicos, a su libre elección. El Estado se ocuparía de que ningún talento se malogre por falta de medios económicos».
Los niños que procedían de familias con escasos recursos económicos, podían ingresar en los albergues de Auxilio Social en régimen de seminternado, donde recibían «prestaciones asistenciales de alimentación completa, de vestido y calzado, asistencia médica y farmacéutica, estudios primarios, medios y universitarios». El objetivo de los albergues era «acoger al párvulo y no abandonarlo hasta que, dentro de la misma Institución, haya aprendido un oficio o haya terminado una carrera, de suerte que pueda por sus propios me dios abrirse en la vida camino honrada y cristianamente»[7]. Aquellos que no quisieran realizar estudios medios o superiores sólo podían permanecer en la institución hasta los dieciocho años. Mientras que los que decidieran cursar estudios universitarios serían trasladados a instituciones adecuadas de Auxilio Social.
Había Hogares de Estudios para diferentes categorías: bachilleres, estudiantes de comercio, opositores, y para los que estudiasen en la Universidad, en las Escuelas Especiales o en la Academia de Bellas Artes. Para aquellos que tuvieran vocación religiosa, Auxilio Social ofertaba becas para cursar sus estudios en los Seminarios.
La Ley de Bases de Implantación y regulación de la enseñanza media y profesional de 16 de julio de 1949[8] planteó una nueva modalidad de bachillerato, los Institutos Laborales[9]. La Enseñanza Media y Profesional es «aquella modalidad docente que, además de cumplir la finalidad general del Bachillerato en orden a la formación humana de los alumnos y a la preparación de los más capacitados para el acceso a estudios superiores, tiene por especial objeto: a) hacer extensiva la Educación Media al mayor número posible de escolares; b) iniciarles en las prácticas de la moderna técnica Profesional, y c) capacitarles para el ingreso en Escuelas y Centros técnicos»[10].
En el plan de desarrollo estaba el futuro bienestar del país, afirmaba José Luis García Velasco, Jefe del Departamento Central de los Hogares de Aprendizaje de Auxilio Social, y señalaba el cambio que habían experimentado las enseñanzas profesionales, cuyas especialidades habían roto con el viejo concepto de «aprendiz analfabeto que se transformaba en oficial a fuerza de golpes de martillo, sin la menor base técnica ni cultural»[11].
El Jefe del Departamento Central señalaba la importancia que tenían algunos Hogares de Auxilio Social, como ejemplos se pueden citar el Hogar Joaquín García Morato de Barajas, donde los alumnos recibían las enseñanzas de iniciación profesional, o el Instituto Nazaret, que se ocupaba del Bachillerato Laboral en la modalidad agrícola-ganadera. En el caso de la educación femenina destacaba el Bachillerato Laboral Administrativo que se impartía en los Centros femeninos de Madrid, Granada, Bilbao y Málaga, y el Centro de Formación Profesional en la Rama de Delineantes Industriales y de la Construcción de Vallecas.
El Jefe del Departamento destacaba la labor de estos hogares, pero también aconsejaba la incorporación del mayor número posible de alumnos de los Hogares de Auxilio Social a las Escuelas Oficiales o a los Centros reconocidos o autorizados, pues Auxilio Social, salvo en las modalidades señaladas, no podía dedicarse a crear Centros de Formación Profesional ni Institutos laborales, sino aprovechar los existentes, fuesen estatales o reconocidos, matriculando allí a sus propios alumnos, y así se lograrían «beneficiosos resultados, no sólo en el aspecto puramente docente, sino aun en el social»[12].
Según la Circular de 26 de octubre de 1954, sobre Residencias y Hogares de Aprendizaje, del Delegado Nacional de Auxilio Social, Manuel Martínez de Tena, la denominación de Hogar de Estudios se aplicó a las instituciones donde los alumnos cursaban enseñanzas de cualquier orden, fuera del Hogar, en Centros oficiales o privados, siguiendo carreras para obtener títulos de capacidad o preparándose para el ingreso en ellas.
Los Hogares de Aprendizaje eran aquellos que proporcionaban enseñanzas teóricas o prácticas de cualquier oficio artesano o técnico. Quedando reservado el nombre de Residencias a los Hogares donde los alumnos tenían ocupaciones retribuidas fuera de la institución y recibían enseñanzas complementarias de su formación cultural, política, física, moral y social.
El ingreso en los Hogares de Estudios, Aprendizaje y Residencias que – daba reservado a los alumnos procedentes de otros Hogares de Auxilio Social. No se admitía en algún caso la entrada directa de alumnos procedentes de su hogar familiar o de otras instituciones benéficas[13]. Respecto a los cargos directivos, administrativos y docentes de los Hogares, éstos re caían en los hombres: «Las mujeres desempeñarán, cuando sea posible cubrir estos puestos con varones, los cargos subalternos, los de cocina, lavado y repaso de ropas y limpieza. En todos los casos les estará prohibido pernoctar en el Hogar, habiendo de abandonarlo al fin de la jornada de trabajo».
El cometido de los Hogares Profesionales femeninos era el de enseñar a las mujeres un oficio o especialidad profesional, especialmente a quienes no continuaban los estudios al salir de los Hogares Escolares. Los Hogares eran de dos tipos, de Iniciación Profesional y los Profesionales. En los primeros, las alumnas cursaban el bachillerato laboral administrativo y el secretariado. En los segundos existían diversas ramas: de delineantes industriales y de la construcción o de talleres diversos de aprendizaje «donde las muchachas pueden elegir entre ser modistas, bordadoras, expertas en prendas de punto, hacer alfombras o diplomadas en muñequería, así como enfermeras, taquígrafas mecanógrafas, maestras en el arte culinario o expertas en asuntos de hogar» [14]. Mientras que los hogares femeninos de Estudios Superiores tenían como finalidad formar a las futuras profesoras, farmacéuticas, licenciadas en derecho o en ciencias, etc. Acudían a los cursos del Instituto, de la Escuela de Magisterio, de la Academia o de la Universidad.
Los principios generales que estructuraban la Enseñanza Media y Superior en Auxilio Social eran los siguientes:
Para comprobar cómo se aplicaban estos principios, y especialmente el primero, en los centros de Auxilio Social se expone el caso del Hogar Residencia García de Paredes, en Cáceres:
«En él hay 70 acogidos de catorce a veinte años; viven en régimen de internado. De ellos, dos cursan a la vez Bachillerato y la carrera de Magisterio Primario; siete están colocados en empresas particulares, y los restantes, asisten diariamente a las Escuelas de Trabajo y Capacitación Profesional.
Se cumple fielmente la Circular sobre la asistencia religiosa y moral en nuestros Hogares, y así se hacen las oraciones de la mañana y de la noche; se bendice la mesa antes de las comidas y se da gracias después de ellas; se iza y arría bandera con las oraciones mandadas y se reza el rosario todos los días (…)»[16].
La Ley de Enseñanzas Técnicas, de 20 de julio de 1957[17], anunciaba en su preámbulo que «un amplio programa de industrialización y una adecuada ordenación económica y social» emplazarían a España «en una excepcional coyuntura de evolución y progreso», y para su puesta en práctica se requería «el concurso de aquel número de técnicos dotados de una sólida formación profesional». Por lo que era necesario organizar estudios técnicos, revisar la organización y los métodos de enseñanza para conseguir que «un número mayor de técnicos» se incorporasen «a los puestos de trabajo donde con el máximo esfuerzo» contribuirían «con el bien común». Las Universidades Laborales perseguían estos fines, pues se definían como «instituciones docentes con la misión de capacitar profesional y técnicamente a los trabajadores españoles y elevar su nivel de formación cultural y humana para hacer posible su acceso a cualquier puesto social». Para ello ofrecían una formación profesional, agropecuaria e industrial, y unas enseñanzas técnicas, bachillerato laboral, laboral superior, graduado laboral y estudios superiores laborales[18].
Además el Estado, a través de la Dirección General de Enseñanza Laboral, había mejorado las instituciones docentes y la Comisaría de Protección Escolar dedicaba un considerable porcentaje del Fondo Nacional para el Fomento del Principio de Igualdad de Oportunidades a quienes quisieran iniciar o seguir estudios de índole profesional[19].
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