Conchita Montenegro, la Greta Garbo del Cine español

 
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Concepción Andrés Picado, con nombre artístico de Conchita Montenegro, nació el 11 de septiembre de 1911 en San Sebastián, Guipúzcoa. Fue la primera española que triunfó en Hollywood. Conocida como la “Greta Garbo del Cine español”. Desde joven destacó por sus cualidades innatas para la danza y la interpretación. Marchó a París para asistir a clases de danza y arte dramático en la Escuela del Teatro de la Ópera. A su regreso formó un dúo de baile con su hermana Juanita, con el nombre de “Las Dresnas de Montenegro”, triunfando en las principales capitales europeas. Rodó su primera película en 1927, La muñeca rota, dirigida por Reinhardt Blotner. Después: Rosa de Madrid (1927) de Eusebio Fernández Ardavín; y Sortilegio (1927), de Agustín de Figueroa. 
 
   A los 16 años logró el papel de su vida en la mítica película de cine mudo La Mujer y el Pelele, rodada en 1928, dirigida por el director francés Jacques de Baroncelli y basada en la novela del mismo título del escritor belga Pierre Louys.
 
   En junio de 1930 marchó a los Estados Unidos. Allí su simpatía, su juventud y su belleza cautivaron al público americano. Durante más de un año fue estrella de la Metro-Goldwyn-Mayer, con la que rodó ¡De frente, marchen! (1930), de Edward Sedgwick; Sevilla de mis amores (1930), de Ramón Novarro; Su última noche (1931), de Chester M. Franklin; En cada puerto un amor (1931), de Marcel Silver; The Twain Shall Meet (1931), de W.S. Van Dyke; y Strangers May Kiss (1931), de George Fitzmaurice.
 
   Una de sus anécdotas fue cuando en una prueba se negó a besar a Clark Gable; su negativa y el gesto de repulsión que adoptó gustaron mucho, y Lionel Barrymore afirmó: “Esta chiquilla dará mucho juego”. Sin embargo, la MGM no le renovó, y fue contratada por la Fox Film Corporation, con la que rodó películas en español como: Hay que casar al príncipe (1931), de Lewis Seiler; Marido y mujer (1932), de Bert E. Sebell; Dos noches (1933), de Carlos Borcosque; La melodía prohibida (1933), de Frank Strayer; Granaderos del amor (1934), de John Reinhardt; y ¡Asegure a su mujer! (1935), de Lewis Seiler, con guión de Enrique Jardiel Poncela.
 
   También rodó para la Fox películas originales en inglés, lengua que la joven dominaba, y había aprendido aconsejada por Edgar Neville y Charles Chaplin.
 
   Destacan: El cisco Kid (1931), de I. Cummings; Audaz y galante (1932) de A. Werker; Receta para la felicidad (1934), de D. Butler; y El brindis de la muerte (1934), de J. Blystone.
 
   En mayo de 1935 volvió a Europa. Su dominio del francés le permitió abrirse camino, con títulos como La vie parisienne (1935), de Robert Siodmak; Lumières de Paris (1937) de Richard Pottier; o el Beau Danube bleu (1938) de Alfred Rode, perdida en un incendio, antes de su estreno; a los que siguieron: Amore di ussaro,(1940), de Luis Marquina; y Conjura en Florencia (1941) de Ladislao Vajda.
 
   El 19 de septiembre de 1935 contrajo matrimonio en París con el galán brasileño Raoul Roulien, con el que había rodado en Hollywood Granaderos del Amor (1934); y ¡Asegure a su mujer! (1935). Con Roulien viajó a Sudamérica y con él como director rodó, en Argentina, El grito de la juventud (1939). Poco después se separaron.
 
   Regresó a España en 1942, y rodó la prohibida al poco de estrenarse Rojo y negro, de Carlos Arévalo; Boda en el infierno, de Antonio Román; y Aventura, de Jerónimo Mihura; en 1943 Ídolos, de Florián Rey. Su último título, en 1944, fue Lola Montes de Antonio Román.
 
   Al poco contrajo matrimonio con el diplomático Ricardo Giménez Arnau, antiguo Delegado del Servicio Exterior de Falange y Embajador ante la Santa Sede, tras lo cual se apartó del cine. Rehusó la Medalla al Mérito Artístico que el Ministerio de Cultura le quiso conceder en 1990. Fue siempre una gran admiradora de José Antonio y del Caudillo. Enviudó en 1972. Falleció el 26 de abril de 2007, a los 95 años de edad, en la Clínica de la Moncloa de Madrid.
 
 
 
 

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