Cuando los españoles se compraban un pisito en pleno franquismo, por Luis E. Togores

En el año 2020 el salario medio de los españoles fue de 1.641 € mensuales, mientras que el precio medio de la vivienda estaba entre los 1.300 y 1.700 €/m2. La estadística es la gran mentira, pues en Madrid la mayor parte de las viviendas bien situadas están entorno a los 6.000 €/m2. Un alto ejecutivo que gane 10.000 € o más al mes blanquea la media de salarios que bajan de 1.000 €/mes. Un piso medio, en una zona media de Madrid, tiene un precio entorno a 3.000 o 4.000 €/m2. Haciendo una hipótesis razonablemente creíble, un matrimonio que gane 3.500 € netos al mes, entre los dos, necesitaría 100 sueldos completos de ambos, lo que equivale a algo menos de ocho años y medio de sus dos sueldos para comprar un piso de 100 metros, lo que traducido a la realidad empezamos a hablar de hipotecas de treinta y cuarenta años. Toda una vida.

Los diferentes Gobiernos han intentado en los últimos años paliar esta tremenda situación. En Baleares se han expropiado recientemente 56 pisos -un gesto más que una solución en una nación con casi 47.000.000 de habitantes- y las pocas viviendas protegidas construidas en los últimos años no han sido la solución en pleno siglo XXI.

El problema de la vivienda no es algo nuevo. En las primeras décadas del siglo XX se produjo un movimiento muy importante de población desde el campo a la ciudad, lo que provocó una aceleración del proceso de urbanización de las ciudades dada la falta de viviendas en las grandes urbes.

 
 
Vistabella, la vivienda social del franquismo
Vistabella, la vivienda social del franquismo LA RAZÓN

 

Señala Ricardo Martín de la Guardia que “los desastres de la guerra contribuyeron a agravar las condiciones penosas de habitabilidad de las viviendas de los barrios tradicionales, ahora muy degradados, y de los viejos suburbios periféricos, permanentemente infradotados de los más elementales servicios públicos, en donde se hacinaban los miembros de los grupos populares. Además, durante los años cuarenta y cincuenta, el problema de la vivienda no dejó de complicarse, primero por los destrozos propios del conflicto armado y en segundo término debido a la atonía del subsector de la construcción…”, y por el citado crecimiento de la población urbana llegada en alubión desde el mundo rural. Muchos aún recordamos a Alfredo Landa o José Luis Martínez Soria, con boina y maleta de cartón, llegando a la gran ciudad desde la que ahora llaman “la España vaciada”.

Una vez concluida la Guerra Civil, en la década de los 40, un millón de personas abandonó su vida rural camino de la gran ciudad, pero fueron 2.300.000 los españoles que lo hicieron entre 1951 y 1960, lo que provocó el crecimiento, especialmente en Madrid, Barcelona y Bilbao, de barrios chabolistas: Orcasitas, Pozo del Tío Raimundo en Madrid; La Mina o Verdún en Barcelona.

El régimen de Franco puso en marcha una política de viviendas sociales asumiendo el estado el viejo plan de la Restauración. Creó el 19 de abril de 1939 el Instituto Nacional de la Vivienda que puso en marcha un “plan de viviendas protegidas”, de “viviendas bonificables” y de “viviendas de renta limitada”. En 1950 el Gobierno estimaba que existía un déficit de un millón de viviendas para cumplir su proyecto de “una familia una vivienda”. Para afrontar este enorme problema, a mediados de los años 50, Franco crea el Ministerio de la Vivienda.

 
 
Éxodo rural
Éxodo rural LA RAZÓN

Buen ejemplo de estos tiempos son los barrios de viviendas baratas construidas por el, entonces, capitán general de Burgos, al margen del ministerio de Gobernación y luego del de Vivienda, el militar y falangista Juan Yagüe que construyó 1.807 viviendas por un valor de 237 millones de pesetas de la época en poblaciones como Burgos, Miranda de Ebro, Aranda de Duero, Roa de Duero, Soria, San Leonardo… Entre sus “promociones inmobiliarias” estuvo el barrio de “casas ultrabaratas” en la barriada burgalesa Juan Yagüe. Esas casas se vendían a un precio de 28.000 pesetas, lo que equivalía a dos años y medio de un sueldo medio bajo de la época.

El Ministerio de Vivienda fue creado por primera vez tras la aprobación de la Ley del Suelo, en el año 1957, pasando a asumir competencias de urbanismo (Dirección General de Arquitectura y Urbanismo) que anteriormente dependían del Ministerio de la Gobernación. El primer ministro de la Vivienda fue el falangista camisa nueva y arquitecto José Luis de Arrese, al que sucedió José María Martínez Sánchez-Arjona, Vicente Mortes, José Utrera Molina, Luis Rodríguez de Miguel, siendo el último ministro de la Vivienda Francisco Lozano Vicente, gobernando ya Adolfo Suárez, hasta su desaparición en 1977. El presidente Rodríguez Zapatero lo volvió a crear en 2004 encargándose por primera vez de la cartera María Antonia Trujillo. Este ministerio volvió a ser suprimido en octubre de 2010.

Colonia Templarios, viviendas franquistas protegidas en Monzón
Colonia Templarios, viviendas franquistas protegidas en Monzón LA RAZÓN

 

El franquismo, en una primera campaña, no logró terminar con el problema, aunque construyó y entregó casi medio millón de viviendas, Este objetivo se vio apoyado por la creación del Plan de Urgencia Social de viviendas subvencionadas de 1957.

En los años 60 se consolidó el proceso de urbanización de España. Una vez estabilizada la economía, el desarrollo industrial impulsó la emigración interior hacia las ciudades una vez más. En 1960 el 56% de la población se consideraba urbana y en 1981 era ya del 73%. España cambió y se convirtió en una sociedad de clases medias como afirmó el propio Franco al general norteamericano Vernon Walters. En esta coyuntura el nuevo Ministerio de la Vivienda se puso a trabajar para aumentar y diseñar la ampliación y mejora de el parque de viviendas español. Con el II Plan Nacional de la Vivienda (1961-1975) se llevó a cabo la construcción de 4 millones de viviendas, cantidad mínima para eliminar el déficit de pisos del que se partía: Un millón para cubrir el déficit existente; 1,5 millones de pisos para cubrir la demanda del enorme crecimiento vegetativo de la población española; 250.000 para asumir la emigración interna y 900.000 para la reposición de vivienda antigua. Franco realizó 4.080.619 viviendas sociales en 14 años (1961-1975). Entre 1960 y 1980 el número de viviendas familiares se duplicó, pasando de 7,7 millones en 1960 a 10,6 en 1970 y 14,7 al comienzo de los 80. En estos tiempo la mayor parte de los españoles consiguieron una vivienda que pagaron en 8 o 10 años, a pesar de que los intereses bancarios superaban en muchos casos el 10% anual.

¡Quién no recuerda la película de 1959 “El pisito”, con Mary Carrillo y José Luis López Vázquez, o la escena de la compra del piso de protección oficial en “El verdugo”, de Luis García Berlanga de 1963! Hace medio siglo las cosas eran evidentemente distintas.

 
 
Característica placa de las viviendas protegidas del franquismo
Característica placa de las viviendas protegidas del franquismo LA RAZÓN

 

Otra característica placa de las viviendas protegidas del franquismo
Otra característica placa de las viviendas protegidas del franquismo LA RAZÓN

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