El Alzamiento en el Cuartel de la Montaña, por Pilar Pérez García

María del Pilar A. Pérez García
Historiadora 
     
 
 
Durante una entrevista, la primavera de 1936, en casa del Capitán Arsenio Fernández Serrano, a la que asiste Fernando Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, en representación de José Antonio, que estaba preso, y los falangistas Hipólito González, amigo del General Goded, y Joaquín Velasco, junto a otros militares, Fernando Primo de Rivera, según confirmó el Comandante Matías Marco, dijo: “La Falange de Madrid se unirá a luchar en el Movimiento salvador de la Patria, cuando se haya sublevado contra el gobierno rojo el Cuartel de la Montaña. Entonces luchará unida a él, pero ello no será, ni un momento antes y ni un momento después”.
 
   Unos días antes del 18 de julio, la primera Línea de Madrid recibe instrucciones para concentrarse en diversos lugares cercanos al Cuartel.
 
       El 19 de julio de 1936, el General Joaquín Fanjul Goñi, sin mando de tropas en Madrid, pero encargado del Alzamiento en la ciudad, entró vestido de civil en el Cuartel de la Montaña. Allí están el Regimiento de Infantería nº 4, el de Zapadores Minadores y el Grupo de Alumbrado. En total unos 1.200 hombres. Algunos oficiales les incitan a mantenerse con el gobierno, pero la gran mayoría va a alzarse. También están 80 Cadetes de distintas Armas y los voluntarios falangistas.
 
       A primeras horas de la tarde del 19 de julio, cuenta Rafael Garcerán que recibió orden de Juan Ponce de León de personarse a las 15h en el Cuartel. A las cuatro y media se presentan en el Cuartel los primeros: son los muchachos de Falange Española. Llegan venciendo obstáculos casi insuperables, a través de la Plaza de España y la arboleda contigua al Cuartel, repletas de milicianos rojos que disparan a todo lo que se mueve.
 
       La Falange tiene su primer Caído de la larga lista que le sucederá: el joven falangista de 19 años Reneiro García Pérez, Jefe de la Primera Centuria, que intentando romper el cordón, es asesinado. Dentro del Cuartel, el Teniente de Complemento, Subjefe de Milicias de Falange, Gumersindo García Fernández, enseña a manejar las armas a todo el que no sabe.
 
       Fanjul proclamó el Estado de Guerra y se hizo fuerte junto con 1.200 hombres, de los que había unos 140 Oficiales. Esperaba que llegasen refuerzos desde las Guarniciones de Campamento, Getafe y Cuatro Vientos, cosa que nunca sucedió. Esa tarde, el Cuartel fue rodeado por tropas del ejército de la república, guardias de asalto y milicias frentepopulistas. A mediodía de ese día 19, el General Fanjul logra comunicar telefónicamente con el General Miguel García de la Herrán en Carabanchel. Quedan en intentar una salida al día siguiente para unir sus efectivos y hacer frente a los del gobierno y las milicias rojas, en espera de la llegada de las Columnas Nacionales del norte. No será posible.
 
       A las dos de la madrugada del día 20 se desencadena el primer ataque importante contra el Cuartel de la Montaña. Los atacantes alternan el tiroteo continuo con el bombardeo artillero. Las proclamas con altavoces no paran. Los sublevados resisten heroicamente. También bombardean el Cuartel, cuando amanece, dos aviones de Getafe y Cuatro Vientos. El General Fanjul y el Coronel Serra, Primer Jefe del Regimiento Covadonga 31, resultan heridos al penetrar un obús de 155 en el despacho donde conferenciaban, pero siguen al frente del combate, que continúa todo el día. A las ocho y media de la tarde fracasa una salida ordenada por Fanjul para tratar de unirse a las fuerzas de Campamento.
 
       Cuando se utilizó la aviación, el Cuartel fue prácticamente destruido. Al día siguiente se produce una enorme confusión, cuando un grupo de sitiados enarbola una bandera blanca, y el resto de sublevados acribillan a los milicianos frentepopulistas rojos que se adelantaban. En medio de la confusión, un tropel de milicianos irrumpe en el Cuartel y se produce en el patio y dependencias una horrible matanza en la que cae el Coronel Serra. La entrada de los asaltantes fue brutal y fueron asesinados muchísimos defensores, la mayor parte de la Oficialidad y los falangistas. Fanjul fue hecho prisionero junto al Coronel de Zapadores Tomás Fernández Quintana. El teniente Moreno, de la Guardia de Asalto, que precedía a la enfurecida muchedumbre, logró llevarse al General Fanjul, a su hijo, Teniente Médico, y a otros Oficiales a prisión. Tras un simulacro de juicio, todos fueron fusilados ese mismo mes.
 
       No existe una lista oficial de defensores del Cuartel de la Montaña. Repasando la Historia de la Cruzada Española (1) hay dos listas de los falangistas del Cuartel, según las cuales habría 167 voluntarios de Falange, pero en esta misma obra, más adelante, encontramos otro grupo de falangistas mencionados por algunos defensores. Además, en el libro, el Comandante Matías Marco da la cifra de 183 falangistas, y el capitán Arsenio Fernández habla de 186. Repasando la Causa General (2), aparecen algunos más. Además es necesario saber que también entre los oficiales del Ejército y demás militares, había también falangistas. No se puede saber el número exacto, pero seguramente pasaron de los 200.
 
      Todos los años se celebra en Madrid un acto frente al monumento en memoria de los falangistas y demás asesinados en el Cuartel. Está organizado por La Falange y la Hermandad de la Vieja Guardia. Además de la Historia de la Cruzada Española y de los Documentos de la Causa General, es importante la obra de Maximiano García Venero El General Fanjul. Madrid en el Alzamiento Nacional (3); y la del General Casas de la Vega: El terror. Madrid 1936 (4). También es interesante consultar Palabras en azul (5).  
 
 
 
(1): Joaquín Arrarás Iribarren, Ciriaco Pérez Bustamante y Carlos Sáenz de Tejada: Historia de la Cruzada Española. (36 tomos en 8 volúmenes). Ediciones Españolas. Madrid-1939-1944.
(2): Causa General. La dominación roja en España. Ministerio de Justicia. Madrid-1943. Varias ediciones posteriores. La última: Editorial Akron. León-2008
(3): Maximiano García Venero: El General Fanjul. Madrid en el Alzamiento Nacional. Ediciones Cid. Madrid-1967.
(4): Rafael Casas de la Vega: El terror. Madrid 1936. Investigación histórica y catálogo de víctimas identificadas. Editorial Fénix. Serie Máxima. Boadilla del Monte (Madrid)-1994
(5): María del Pilar Amparo Pérez García, Pituca: Palabras en azul. Apuntes para un diccionario falangista. Ediciones Barbarroja. Colección Memoria Histórica. Madrid-2011.    

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