“Digo Hispanidad y no Españolidad para atenerme al viejo concepto histórico-geográfico de Hispania que abarca toda la Península Ibérica para incluir a todos los linajes, a todas las razas espirituales, a las que han hecho el alma terrena –terrenosa, sería acaso mejor– y a la vez celeste de Hispania”
(Miguel de Unamuno y Jugo, en 1927)