Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, la radio como vehículo de propaganda bélica

 
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Gonzalo Queipo de Llano y Sierra nació en Tordesillas, Valladolid, el 5 de febrero de 1875. Ingresó en la Academia de Caballería de Valladolid. Al terminar sus estudios fue destinado a la Guerra de Cuba, siendo repatriado en 1898 con el grado de Capitán.
 
   Participó brillantemente en la Campaña de Marruecos. Ascendió a General de Brigada en 1923. Simpatizante en un principio con la Dictadura del General Miguel Primo de Rivera, arremetió posteriormente contra ella y su representante, lo que le supuso pasar a la situación de disponible forzoso. Ya desaparecido Don Miguel, protagonizó un incidente en un café de Madrid con José Antonio, hijo del citado General, que lo abofeteó en público como respuesta a las continuas críticas sobre la persona de su padre, lo que le costó a José Antonio la pérdida de su condición de Oficial de Complemento del Arma de Caballería.
 
   Activo conspirador contra la Monarquía, estuvo implicado, junto con Ramón Franco Bahamonde, en el asalto en 1930  al Aeródromo de Cuatro Vientos de Madrid, difundiendo por la radio que se había proclamado la república, aventura que terminó con su huida a París y exilio en Portugal. Tras la proclamación de la segunda república, fue nombrado Capitán General de Madrid e Inspector General del Ejército, contribuyendo al éxito de las reformas militares de Manuel Azaña. Con posterioridad fue nombrado Jefe del Cuarto Militar del Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, que era su consuegro. 
 
   Desilusionado por la política republicana, se incorporó a la conspiración que llevó al Alzamiento Nacional del 18 de julio de 1936, alzándose en Sevilla y proclamando solemnemen­te el Estado de Guerra. A las 10 de la noche del día 18, a través de los micrófonos de Unión Radio Sevilla, inició una serie de charlas que se harían famosas. El “¡Buenas noches, señores!” con que empezaba la retransmisión, se popularizó en toda España. Fue el primero que utilizó la radio como vehículo de propaganda bélica. Mandó el Ejército del Sur.
 
   Al terminar la contienda, fue ascendido a Teniente General, pero sus actuaciones personales alarmaron al Gobierno, siendo destituido de la Capitanía General de Sevilla y mandado a Burgos. Más tarde fue propuesto como Embajador de España en Buenos Aires, pero no recibió el “placet” del Gobierno argentino.
 
   Al frente de una Misión Militar, fue enviado a Italia y visitó a Benito Mussolini. A su regreso a España fijó su residencia en Sevilla y, retirado del Ejército en 1943, le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando, a mediados de 1944.
 
   A finales de 1950, el Jefe del Estado Generalísimo Francisco Franco, le concedió el título de Marqués de Queipo de Llano. Falleció en Sevilla el 9 de marzo de 1951.
 
 
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