José Enrique Varela Iglesias, bilaureado liberador de El Alcázar de Toledo

 
PPG
 
 
José Varela Iglesias nació en San Fernando, Cádiz, el 17 de abril de 1891. Hijo de Juan Varela Pérez,  Sargento Jefe de la Banda del 1º Regimiento de Infantería de Marina. A los 18 años ingresó como Corneta en el mismo Regimiento de su padre y en 1912, ya con el grado de Sargento, logró el ingreso en la Academia de Infantería, obteniendo en 1915 el despacho de Alférez de manos del rey Alfonso XIII. Combatió  en África destinado en las Fuerzas Regulares de Melilla, con el empleo de Teniente, realizando una de las carreras más brillantes de toda la historia, siendo condecorado por dos veces con la Cruz Laureada de San Fernando, la más alta condecoración militar española. La primera en los combates de Muires y Ruman, el 20 de septiembre de 1920. La segunda en combate en Adama, el 12 de mayo de 1921. Sólo hay constancia de otros dos Militares bilaureados en toda la Historia Militar de España: El General Sanjurjo y el Capitán Rodríguez Bescansa.
 
   En 1922 es nombrado Gentilhombre de Cámara con Ejercicio del rey Alfonso XIII. Ascendió a Capitán por Méritos de Guerra y participó en diversas campañas bélicas, entre las que destaca el Desembarco de Alhucemas en 1925, que llevó al fin de la Guerra de Marruecos.
 
   Se adiestró como Piloto y se integró en una Escuadrilla de bombardeo en Melilla. Volvió a combatir en Infantería siendo ascendido a Teniente Coronel por Méritos de Guerra, en febrero de 1926. Fue destinado a Ceuta y recibió la Medalla Militar Individual. En 1929, tras el final de la Guerra de África, fue ascendido a Coronel. Redactó la Ordenanza del Requeté.
 
 Con la imagen de la Virgen del Pilar tallada en una de las bombas que cayeron en el templo sin explotar
 
   Represaliado por los gobernantes republicanos, participó en la frustrada sublevación del General Sanjurjo, la denominada “Sanjurjada”, siendo detenido y encarcelado, estando preso en Sevilla y Guadalajara. Rehabilitado en 1935, fue ascendido a General de Brigada.
 
   En abril de 1936 fue confinado en Cádiz y encerrado en el castillo de Santa Catalina, siendo puesto en libertad el 18 de julio de 1936 por los Nacionales. Junto a José López Pinto y con la ayuda de refuerzos procedentes de Marruecos ganó para el Movimiento la ciudad de Cádiz. Acudió en socorro de las Guarniciones de Córdoba, Antequera y Málaga, y el 24 de septiembre de 1936, sustituyó a Yagüe al mando de las Tropas que, tras haber avanzado por Extremadura y el Valle del Tajo, liberaron el Alcázar de Toledo de su asedio de 70 días, entrando victorioso el 28 de septiembre de 1936, saliendo a su encuentro Moscardó, diciéndole la histórica frase: “Sin novedad en el Alcázar, mi General”.
 
   Dirigió la marcha y el ataque contra Madrid en las Batallas del Jarama y Pingarrón. Más adelante participó en las Batallas de Brunete, Teruel y el Ebro. El 19 de mayo de 1939, cuando las Tropas Nacionales celebraban en Madrid el Desfile de la Victoria, impuso al Generalísimo Francisco Franco la Cruz Laureada de San Fernando. El 9 de agosto fue nombrado Ministro del Ejército y ascendido a Teniente General. Reorganizó profundamente la estructura Militar. Creó la Escuela Politécnica del Ejército para Ingenieros de Armamento y Construcción, el Regimiento de la Guardia del Jefe del Estado, el Museo Histórico Militar, la Milicia Universitaria y las Juntas de Acuartelamiento.
 
   Al tiempo, restableció la Academia General Militar y fundó la Academia de Transformación de Oficiales Provisionales. En 1940 fue nombrado Caballero de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén en el grado de Gran Cruz. En el año 1942, por culpa de los incidentes en la Basílica de Begoña, en Bilbao, fue cesando pocos días después como Ministro del Ejército. El 5 de marzo de 1945 fue nombrado Alto Comisario de España en Marruecos y Consejero del Reino. Falleció en Tánger el 24 de marzo de 1951. El Jefe del Estado le ascendió a Capitán General y le confirió el título de Marqués de San Fernando a título póstumo.