Las lluvias llenan los embalses franquistas y ponen en alza esta gigantesca obra hidráulica, por José L. Román

José L. Román

Alerta Digital

Cada día que pasa los socialistas quedan más en evidencia, sobre todo, desde que son dirigidos por este discípulo de Zapatero llamado Pedro Sánchez, que alcanzó la secretaría convocando a la militancia por considerar que eran quienes debían elegir a su líder, cuando ese partido no se sostiene con las cuotas de sus militantes sino con el dinero de todos los contribuyentes españoles.

El partido socialista de Pedro Sánchez (PSPS), cuyo único programa y obsesión enfermiza es entre otras memeces la “Ley de Memoria Histórica”, considera prioritario y fundamental, en un país con cuatro millones de desempleados, un independentismo suicida, y una deuda externa astronómica e impagable, eliminar y soterrar todo lo que tenga que ver con el régimen anterior.

Insisto, salvo esa obsesión enfermiza de la memoria histórica, de la ideología de género, del homosexualismo, del separatismo, del feminismo, de la cristianofobia, de la apertura de fronteras y papeles para todos con subsidios por riesgo de exclusión social y servicios públicos gratuitos incluidos, y del sostenimiento a ultranza del cáncer de las autonomías políticas, salvo estas cuestiones, díganme ustedes que aporta este partido liderado por Pedro Sánchez y su botijero Abalos, para que cualquier español que no pertenezca a su banda, pueda tener algún derecho de aquellos de los que nos habla la Constitución.

El cambio de nombres de calles y de grupos de viviendas por considerarlos franquistas, son sus más cacareadas conquistas sociales, sin embargo, las pagas extras de Navidad y del 18 de julio para todos los trabajadores españoles creadas durante el régimen anterior, no han tenido cojones de tocarlas; los embalses repartidos por toda nuestra geografía construidos durante los gobiernos de Franco, tampoco se tocan.

Todo lo contrario a sus postulados lo reducen a cenizas. Se cargaron las Universidades Laborales por considerarlas franquistas, y hoy no saben cómo dar salida profesional a cientos de miles de jóvenes españoles que se tienen que marchar al extranjero en busca de una salida digna.

Medios de comunicación públicos como radio y televisión (RTVE) creados durante el régimen de Franco, les prohibieron la inserción de publicidad creando un mayor déficit que afrontamos los contribuyentes, para permitir que las televisiones privadas (LA SECTA, CUATRO, ATRESMEDIA, TELE5) al servicio de sus objetivos políticos, hoy presenten balances con cifras realmente astronómicas gracias al dinero proveniente de la publicidad, futbol, etc.

Si hablamos de la Seguridad Social fundada por Francisco Franco para todos los trabajadores de España, vemos que hoy se haya en quiebra técnica y riesgo de desaparecer. Una Seguridad Social que tampoco han tenido ni tienen el valor de hacer desaparecer, como hacen con los símbolos que consideran franquistas, con los nombres de calles y grupos de viviendas en barriadas obreras.

Nuestra industria pesada, pesquera y naval, que llevo a España a ser la novena potencia industrial en el mundo, también fue desmantelada por los socialistas para convertirnos en lo que hoy somos, un país de camareros al servicio de las potencias europeas bien industrializadas, para cuando quieran venir a España a disfrutar de nuestro sol.

Los clubes de futbol que ejercen de embajadores del separatismo y paladines del antifranquismo, tampoco se desprenden de los trofeos ganados durante el régimen anterior bajo el nombre de “Copa del Generalísimo”, ni permiten que en las televisiones que les dan pábulo se muestren imágenes de cómo se recibía al Caudillo cuando entregaba a los capitanes de sus equipos los codiciados trofeos.

Eliminaron instituciones de protección de menores y preventorios construidos durante el régimen de Franco por considerar que se trataba de reformatorios bajo normas carcelarias de represión y tortura, para crear centros de menores delincuentes a los que bautizaron como “hogares”, dirigidos por “personal especializado” en el buenismo y la permisividad más absoluta. Y ahora, después de cuarenta años de democracia con un proyecto y puesta en escena de la “ley del menor”, no saben qué hacer con la desbordante oleada de jóvenes criminales menores de edad que pululan por calles y plazas –muchos de ellos inmigrantes-, educados bajo ambientes de violencia, indisciplina, pornografía, drogas, alcohol, desmadre e impunidad, y que se pitorrean de jueces, fiscales y hasta del propio sistema, y hasta hacen mofa y befa de sus víctimas en programas de televisión.

Nunca el esperpento socialista había sido llevado hasta cotas de tan alto nivel. Insisto, las abundantes lluvias y nevadas que están llenado los embalses franquistas, que tanto han contribuido y siguen contribuyendo a nuestra riqueza nacional, muestran a los españoles, una vez más, la gran obra hidráulica gigantesca de aquel régimen -superada únicamente por EE.UU. y Japón-, y que después de cuarenta años de democracia debería avergonzar a socialistas y podemitas.


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