Pensamiento de Franco: El Movimiento, la Iglesia Católica y la doctrina social

La más importante ayuda que la Iglesia Católica ha prestado a los españoles en estos últimos tiempos es la de haberles ofrecido una doctrina social proclamada a través de los años y renovada en los últimos por nuestro actual Pontífice. El Movimiento político español ha tomado sus enseñanzas como base de sus programas para la mejora del pueblo. Además, en los últimos lustros, la Iglesia ha desarrollado sobre las masas laborales una eficaz acción de apostolado dentro de las Organizaciones Sindicales Nacionales.

Sólo podría apreciarse debidamente esta labor si se conociera la acción descristianizadora que el marxismo internacional venía sistemáticamente desplegando sobre las masas trabajadoras de nuestro pueblo. Una acción atea y perseguidora de la fe, desarrollada por los partidos que se titulaban de izquierdas, y que negaban sistemáticamente a la Iglesia católica sus derechos sagrados e inalienables, empujó a los católicos más activos hacia el campo político de los sectores conservadores, que apoyaban los derechos legítimos de la Iglesia, lo que era aprovechado por la propaganda marxista para pretender presentar a la Iglesia como enemiga de sus aspiraciones sociales.

La guerra de España, liberando a la Iglesia de aquel triste cerco, permitió su acción pudiera desarrollarse y que el pueblo conociese la grandeza de doctrinas y sus principios sobre la justicia social y la caridad.

El Estado, por su parte, haciendo suyas las sabias doctrinas de las clicas sociales de nuestros Pontífices, ha procurado darles forma concreta, llevando a su legislación todos aquellos objetivos que la Iglesia señalara o ideales: salario familiar, seguro de enfermedad, salario en los domingos y días festivos, casas baratas y salubres y, finalmente, la ocupación total; a todo ello el pueblo laborioso ha respondido con un verdadero renacimiento de la fe religiosa en sectores hasta entonces muy apartados de ella.

Lo acusan de forma bien elocuente las vocaciones religiosas registradas en los últimos veinte años, y la práctica, cada vez más extendida, de los ejercicios espirituales, llevados a cabo cada año en un ámbito mayor. Aunque en este campo doctores tiene la Santa Madre Iglesia que podrían responder.

Por cuanto se refiere a la generosidad con que Dios nos ha favorecido durante estos años, salta a la vista de los más profanos. Sólo con la ayuda de  Dios es posible superar con éxito las pruebas y peligros a los que ha estado sujeta mi vida desde hace cuarenta años. Han sido tantos y tan portentosos los s en que, durante nuestra guerra de liberación, Dios nos ha favorecido inclinando la balanza del lado de nuestras armas, y tantos otros en paz, los nos han ayudado a superar eficazmente todas las dificultades y situaciones que pecaría de injusto e ingrato si, al preguntárseme, callase lo muchísimo que le debemos.

Francisco Franco Bahamonde

(10-VI-1957: Declaraciones a «Noticias Católicas», de Washington.)


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