Pensamiento de Franco: Nuevos horizontes de representación y participación política

Permanentemente, y pese a todas las decepciones sufridas, el afán de participación del hombre en su destino colectivo vive latente en su espíritu, que le estimula a ser participante en una nueva y sincera democracia abierta a la esperanza de encontrar una fórmula de representación política auténtica y más de acuerdo con las instituciones y asociaciones del mundo en que vivimos. No otra cosa constituye el proceso político-social de nuestro tiempo. Después de más de cien años de luchas civiles y de divisiones que nos condujeron, como tabla de salvación a una guerra de Liberación dolorosa, nuestro Movimiento tomó como su principal misión la de perfeccionar la estructura política del Estado, de mejorar de día en día la convivencia política de los españoles, abriéndoles nuevos horizontes y metas que alcanzar, y el acabar para siempre con el espectro de la discordia y el resentimiento, que nos acompañó tantos años, uniéndonos en lo sustancial, que salva y supera las diferencias en lo secundario. Por todas partes que lo miremos se acusará siempre como indispensable la actividad de nuestro Movimiento político. Los tiempos han dejado de ser plácidos y tranquilos para exigir de nosotros un dinamismo a toda prueba. El inmovilismo podría ser precursor de la muerte. El rumbo que el mundo ha tomado nos obliga a un dinamismo evolutivo, lo mismo en el campo de lo material que en el ideario de lo espiritual. Si del pasado hemos de aprovechar las lecciones, hemos de prepararnos para lo que viene, y no en función solamente de lo que pasó. Son ya muchos los estadistas que reconocen que se está produciendo una auténtica revolución tecnológica y económico-social, en que la política ha dejado de ser patrimonio exclusivo de una minoría burguesa para interesar intensamente a las masas; deduciendo la necesidad urgente de que esto se refleje en las decisiones políticas de los pueblos; propugnando la búsqueda de nuevas fórmulas más sinceras y eficaces, que permitan superar la repulsa general existente hacia la política de los partidos.

 

Francisco Franco Bahamonde

(8-VII-1964: Cortes Españolas. Inauguración VIII Legislatura.)


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