Primeras soluciones: La vivienda y regiones devastadas (III). Juntas de reconstrucción

Mª Juana Ontañón de López-Mateos

40 años de vida en España

 

JUNTA DE RECONSTRUCCIÓN DE MADRID

Creada por Disposición de 27 de abril de 1939. Posteriormente, el Ministerio de la Gobernación dictó la Orden de 7 de octubre de 1939 ratificando la Disposición anterior, y encomendando a la Junta de Reconstrucción de Madrid formular el Proyecto de Urbanización de la Capital y de un extrarradio señalado por la misma Orden.

La Junta de Reconstrucción de Madrid tiene como Presidente nato al Ministro de la Gobernación y como Presidente efectivo al Director General de Regiones Devastadas, y forman parte de ella el Director General de Arquitectura, el Director del Instituto de la Vivienda, el Fiscal Superior de la misma, el Gobernador Civil, el Presidente de la Diputación y el Jefe Provincial de FET y de las JONS. El Ayuntamiento está representado por su Alcalde y por el Presidente de la Comisión de Fomento, y completan la Junta representantes de los Ministerios del Ejército, Hacienda, Obras Públicas, Industria y Comercio y Agricultura.

La Junta tiene como asesora una Comisión técnica que, presidida por el Director General de Arquitectura, está integrada por técnicos de todos los Organismos representados en la misma, y para la redacción de los oportunos Proyectos funciona una Oficina Técnica que depende de la Dirección General de Regiones Devastadas y en la que trabajan técnicos de todas las especialidades relacionadas con el problema.

JUNTA DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA

También surge en el año 39 la nueva Junta de la Ciudad Universitaria, con López-Otero y Muguruza. Se empieza a trabajar en el desescombro de la zona y se prepara la reconstrucción de los edificios que subsistieron, así como un plan de conjunto, terminado en los años 40 y cuya maqueta se encuentra en el Arco de Triunfo.

DIRECCIÓN GENERAL DE ARQUITECTURA

Creada por Ley de 23 de septiembre de 1939. La Ley fundacional otorga a la Dirección General de Arquitectura dos prerrogativas:

1 Ser el Organismo Superior del cual dependerán todos los arquitectos y auxiliares técnicos que presten sus servicios al Estado, Provincia y Municipio, y las entidades colegiales y sindicales de las expresadas profesiones.

2 Le corresponde la Ordenación Nacional de la Arquitectura, y el dirigir la intervención de los arquitectos y sus actividades en los Servicios públicos que la requieran.

Los objetivos propios de la Dirección General de Arquitectura son los siguientes:

1 Asesoramiento general al Estado en materia de arquitectura.

2 Preparación de Planes Nacionales de arquitectura.

3 Formación de criterios unificados en toda materia concerniente a Arquitectura.

4 Orientación de la Arquitectura nacional

5 Mejora de técnica e investigación

6 Planificación urbanística

7 Organización del Gabinete de estudios con carácter experimental o normativo, y para el servicio de los departamentos que lo requieran.

8 Organización de los arquitectos oficiales y defensa de sus intereses legítimos.

Un artículo, publicado en un Boletín de Información de la Dirección General de Arquitectura, en los años 40, dice lo siguiente:

Y hasta el año 43, en que se concedió carácter de preferencia para suministros de hierro en el mes de julio, y para cemento en el de noviembre a las edificaciones particulares, en determinadas condiciones, las peticiones que se hacían de dichos materiales puede decirse que no llegaban a la obra, por lo menos en un plazo de tiempo relativamente breve, debido a que el material disponible era poco, y las peticiones, muchas.

.. desde 1939 se percibe claramente la tendencia a una unificación de criterio, de tal manera que puede afirmarse que en el momento actual existe en el ámbito arquitectónico nacional una comunidad de orientaciones en materia de estilo que no había existido desde media-dos del siglo pasado.

Tres factores han contribuido a este hecho: En primer lugar el Movimiento nacional, que, como afirmación de todo lo español, ha contribuido a que nuestra arquitectura tenga un acento profundamente nacional, buscando enraizarse en los momentos culminantes de la tradición arquitectónica española.

En segundo lugar, este espíritu nacional se ha intensificado con el aislamiento forzoso en que nos han situado, antes, la segunda guerra mundial y ahora, el período político de la postguerra que aún vivimos. En tercer lugar, la necesidad en que nos encontramos de arreglarnos con nuestros medios técnicos propios, con escasez de hierro y de cemento, viéndonos empujados, en muchos casos, a utilizar sistemas constructivos que parecían ya superados…

Las bases del que se llamó más tarde estilo Nacional o estilo Imperial quedan aquí muy claras.

Al mismo tiempo la iniciativa privada empezó a resurgir. Las grandes ciudades crecían a costa del éxodo del campo. Nuevas viviendas surgían en los suburbios, no siempre en las condiciones de urbanización e incluso de construcción deseables. La forma de vivir empezaba también a cambiar. Había demanda de viviendas mejores, más modernas. También la industria, con su gran cambio necesitó de la arquitectura, para la construcción de factorías, fábricas, poblados.

Surgieron las dificultades. Había mano de obra, había ladrillos, pero el suministro del hierro y del cemento fue un verdadero problema.

Un Decreto del 11 de mayo de 1941 restringía el empleo del hierro en la construcción.

Como, por otra parte, se podían adquirir dichos materiales en el mercado negro, las actividades de edificación no se paralizaron, pero sí se encarecieron.

Estas disposiciones se tramitaban en los Gobiernos Civiles, Delegación Provincial para la Restricción del Hierro. La solicitud pasaba a la D.O.E.I.S. (Delegación Oficial del Estado en la Industria Siderúrgica), y lo difícil era conseguir que la petición fuera incluida en el programa de fabricación.

Las peticiones de cemento seguían un camino análogo, con la curiosa nota de que si transcurría un año sin recibir el pedido, había que renovar la petición con todo su papeleo anejo.


Publicado

en

,

por