En 1936 se produjo el nacimiento de la emisora más importante de España de manos de Millán-Astray y como radio oficial del bando Nacional
Con la nueva ley de Memoria Democrática parece necesario borrar todos los vestigios de la obra del «innombrable» y de sus muchísimos partidarios. Entre las obras de su legado está la hoy ocupada por el actual Gobierno: Radio Nacional de España, nacida en 1936 como radio oficial de los Nacionales.
Con la llegada de la República, Millán-Astray fue retirado de servicio activo por lo que viajó Hispanoamérica ganándose la vida como tertuliano de radio, por cierto, con enorme éxito. Cuando se produjo la fracasada sublevación del 18 de julio y comenzó la guerra civil, Millán-Astray volvió a España para ponerse a las órdenes de Franco.
Con el nombramiento de Franco, el 1 de octubre de 1936, como Generalísimo y Jefe del Estado de los Nacionales la dirección del departamento de Prensa y Propaganda fue encomendada brevemente al periodista Juan Pujol para pasar casi de inmediato a manos de Millán-Astray. Una de las primeras misiones que tendrá el fundador de La Legión será la creación desde Salamanca de una emisora de radio llamada a ser la voz oficial del nuevo gobierno de la España nacional.
Se instalaron sus primeras oficinas en el colegio de San Bartolomé o de Anaya. A la llamada de Millán-Astray acudirán Pablo Merry del Val, Francisco de Luis, Joaquín Arrarás, Lucas María de Oriol, Foxá y, entre otros, Ernesto Giménez Caballero y Luis Antonio Bolín, el del avión Dragón Rapide que llevó a Franco de Canarias a Marruecos.
Desde el principio de la guerra, para los sublevados, fue objetivo prioritario hacerse con el control de cadenas de radio, piezas fundamentales para lograr elevar la moral de las tropas y de sus partidarios de cara a la obtención de la victoria. Radio Coruña fue ocupada por el teniente de la Guardia Civil José González con quince guardias después de un tiroteo el mismo día del alzamiento militar. Radio Valladolid se convirtió de forma inmediata en una radio falangista. Radio Castilla de Burgos se sumó voluntariamente a los alzados, abriendo el 18 de julio su programación con el himno de La Legión y la marcha Los Voluntarios. Lo mismo ocurrió con Radio Salamanca y en Sevilla, con la radio en manos de general y locutor sobrevenido Queipo de Llano, esta cadena se convirtió en un arma tan importante como los aviones Junkers que permitieron el paso del Estrecho al Ejército de Áfricas.
El nacimiento de Radio Nacional
El nuevo gobierno de los Nacionales muy pronto planeó crear una radio oficial, su radio, que fuese la voz autorizada de la España de Franco. Millán-Astray será el encargado de echar a andar el proyecto. Era voluntad de Franco que su nueva radio estuviera en funcionamiento para el 31 de diciembre de 1936. Para este proyecto Millán fichó a Ramón Rato, luego dueño de la Cadena Rato y padre del político del PP Rodrigo Rato, a Sangroniz, al ya citado Lucas Oriol y al pintoresco Ernesto Giménez Caballero.
El 31 de diciembre no pudo Radio Nacional retrasmitir el mensaje de Franco a los españoles desde su despacho salmantino como quería el Caudillo. En tan importante acto estaban presentes su mujer y su hija. La parte técnica falló y Franco ni se inmuto. Su discurso fue publicado en la prensa y a partir de ese momento todos los años de su gobierno hablaría a los españoles, en una de sus raras intervenciones en los medios de comunicación, primero por radio y luego en televisión. ¡Quien poco habla poco yerra! Una costumbre que se prologaría hasta el día de su muerte y que heredaron tanto los reyes Juan Carlos I como Felipe VI.
Millán no pudo asistir a esta retrasmisión del 31 como consecuencia de una fuerte gripe agravada por su frágil salud de héroe varias veces mutilado. Nada más recuperarse se puso en manchar y en menos de 24 horas montó un estudio de radio en el aula de Anaya. Millán quiso inaugurar el nuevo estudio con uno de sus discursos. Situado ante los micrófonos se puso a lanzar una de sus famosas arengas. Giménez Caballero responsable de tinglado, nada más empezar a hablar el general se dio cuenta de que otra vez no eran capaces de emitir, de lanzar la voz del General a las ondas. No fue capaz de cortar al General. Le dejó que hablara largo y tendido. Recordaba Giménez Caballero: «pronunció una de sus más hermosas arengas y se me saltaban las lágrimas por haberle engañado, advirtiéndole sólo que había interferencias del enemigo para que tan maravillosa alocución no se escuchase bien».
Esa misma noche fue bombardeada Salamanca por la aviación roja. Varias bombas cayeron sobre el colegio Anaya. Nada más terminar el ataque Millán llamó a Ernesto Giménez Caballero a su despacho, donde estaba acompañado del aviador García Morato, y amenazó con fusilarle por aludir en la presentación de sus discursos la ubicación de la nueva Radio Nacional de España. A Giménez Caballero no le quedo más remedio que reconocer que la arenga de Millán-Astray no había podido ser emitida por problemas técnicos y por tanto nadie la había podido escuchar. Respondió con uno de sus claros alarde de ingenio «Sí, mi General. Merezco un severo castigo, incluso la muerte. Pero no por el delito de que nos oyeran los rojos… sino por otra falta, pero ¡la que no le oyeran con lo maravillosamente que hablo usted! La radio no funcionaba y yo no me atreví a perderme una arenga de Millán-Astray para mi solo». García Morato se echó a reír. Millán sonrió. “¡Y ahora quítate de mí vista! Pronto llegaron de Alemania equipos modernos de onda media Telefunken de 20 kw de potencia de antena y Radio Nacional se convirtió en lo que Franco quería, la voz oficial de los rebeldes.
Radio Nacional fue oficialmente fundada en Salamanca el 19 de enero de 1937 con un discurso de Franco y con un chotis cantado por la argentina Celia Gámez, protegida de Millán-Astray. Así nació Radio Nacional de España la radio oficial de los Nacionales y la ahora radio estatal más importante de España. ¡Ahora si tienen… que le cambien el nombre!
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