RAZA y el Tercer Reich o cuando la película de Franco tuvo problemas en Berlín (III), por Francisco Torres García

Francisco Torres García

Historiador

Boletín Informativo FNFF Nº 149

 

 

El acuerdo y el estreno

La documentación conservada nos lleva a pensar que la larga negociación para la exhibición de la película, dadas sus implicaciones, fue impulsada por las autoridades germanas. En octubre de 1942, nueve meses después de iniciadas las conversaciones, se llegó en Venecia a un principio de acuerdo sobre la base de lo propuesto por Sáenz de Heredia: una explotación al 50%. Los alemanes habían añadido, como contrapartida la importación por España de 8 o 10 películas germanas. Al final serían 10, con lo que los alemanes lograban un trato mejor que el obtenido por Italia (8 películas importadas), pero que también indica que las expectativas sobre el éxito de RAZA en los cines alemanes eran altas ya que se estimaba, evidentemente, que con esas 10 películas compensarían lo que correspondiera a los españoles de la explotación en Alemania.

Es un dato a tener en cuenta que pese a ser la «película de Franco», con todo lo que ello implicaba, Jesús Fontán se dirigiera unas semanas antes al Ministerio de Industria para conseguir la pertinente autorización con un razonamiento que transcribimos en su parte fundamental:

«Dado el carácter eminentemente político de la citada película, siendo de sumo interés la proyección de la misma en el mayor número posible de países y habiéndose exhibido ya en Portugal y en la República Argentina, se han llevado a cabo diversas gestiones con Alemania para presentarla en este país, territorios ocupados y algunas otras pequeñas naciones de Europa que ofrecen dificultades para ser en ellos introducida directamente. En virtud de dichas gestiones Alemania aceptar la distribución, al 50%, es decir en las mejores condiciones, en dichos territorios, pero solicita se autorice a RAZA la importación, igualmente a distribución, de diez películas alemanas en España, sujetas como es natural al pago de los cánones establecidos.

Aunque RAZA reconoce haber obtenido por su producción las importaciones que le corresponden, y teniendo en cuenta exclusivamente el supremo interés político de la proyección ante millones de espectadores de esta película que glorifica a España, y considerando que si no se realiza esta rápidamente se perdería la actual temporada, con lo cual en la próxima habría pedido gran parte del valor que hoy representa, ruego a V.I. autorice a nuestra película, excepcionalmente, la importación de diez películas de producción alemana».

Como es natural el Ministro respondió afirmativamente, pero el hecho demuestra hasta qué punto se respetaba el marco legal por parte del propio Franco (en España muy pocas personas sabían que él era el autor del argumento). Los contratos finales se firmaron el 21 de octubre y el 17 de diciembre de 1942. Más allá de los apartados puramente económicos destacaba la inclusión en las cláusulas de una salvaguarda para evitar la manipulación de la cinta en Alemania:

«Para la explotación en Alemania y Europa la Sociedad Raza autoriza a la Transit a hacer las versiones necesarias de la película Raza para los diferentes países que serán ajustadas a la versión original, sin suprimir nada que sea fundamental del contenido espiritual de la película Raza, indicando en la cinta doblada los estudios, registro sonoro y laboratorio en que se ha efectuado dicha película… La Sociedad Raza se compromete a reconocer las normas y leyes vigentes para importación y proyección de películas extranjeras en Alemania y los demás países que importen la película Raza por medio de la Transit, así como las normas de censura que prescribe el Ministerio de Educación Popular y Propagada del Reich. Los cortes consecuencia de este punto, caso que los hubiera, se efectuarán siempre de acuerdo con el Sr. Espinosa [se refiere al capitán de corbeta Manuel Espinosa Rodríguez, responsable del espionaje español allí], agregado naval en Berlín, como representante del Sr. Fontán»

Vuelve a sorprender que una vez firmado el acuerdo las labores de doblaje y sincronización hicieran que la película aún tardara en estrenarse en Berlín un año. Algo que solo se puede explicar por una decisión política de ralentizar su exhibición. Llegaría a los cines alemanes con el título de Mártires, siendo evidente que se quería distanciar del discurso conceptual sobre la raza del nacionalsocialismo, aunque en la prensa se presentaría como la muestra de una «etapa de la gran lucha en la que se encuentra hoy Alemania». La película fue estrenada en el Tauentzien-palast de la capital del Reich. Merece la pena reproducir íntegra por vez primera la crítica alemana publicada bajo el título de Testigos de Sangre:

«No es solo una película española, sino una película de España, que expresa la lucha por su destino de un pueblo valiente con las destructoras fuerzas bolcheviques. Un atrevido esfuerzo se ha acometido, sin que sea un reportaje, sino posiblemente deja conocer en un maduro esmero de trama profunda y artística, la interna fuerza de impulsión, que hizo resucitar a España nueva, libre y profundamente nacional del terror rojo.

La cuestión, de si ya hoy existe la necesaria distancia para poder poetizar profundamente un grandioso y épico film nacional con realidad revivida las escenas de los pocos años de lucha, es lo que ha inspirado al creador de dicha película. Por eso seguramente el autor Jaime de Andrade y el Director José Luis Sáenz de Heredia, han enfocado desde un punto de vista histórico los últimos para sacarlos de la actualidad y relacionarlos más profundamente en el ritmo de un gran desarrollo histórico. También se ha aplicado en las palabras españolas del diálogo, un lenguaje elevado, sencillo y educador como a veces encontramos en los libros de las escuelas.

Lo así realizado merece alta estimación por su actitud humana y nacional sobre la que se basa el conjunto y ante ella han de quedar en segundo término las ideas estéticas cinematográficas en cuento al desarrollo de los distintos caracteres.

El argumento trata de demostrar en los hijos de una familia las fuerzas y contrafuerzas que en España produjeron la lucha por la libertad, uno de los hijos, un ambicioso político, llega a ser funcionario de los rojos, pero más tarde reconoce su error y es fusilado después de su malogrado intento de entregar a las tropas nacionales los planes de los antifascistas. El otro es un Oficial lleno de consciente tradición, que, en su lucha fanática contra las fuerzas destructoras del bolchevismo, tiene que vencer situaciones crueles y extrañas, el tercero muere asesinado con los de su convento siendo un monje de profunda e íntima fe.

Las distintas figuras secundarias dan con sus bien elegidas e impresionantes caras, unos matices ricos y expresivos, tales como si fueran primeras figuras. De todos modos, en esta película patrocinada por el Consejo de la Hispanidad se hacen notar claramente las fuerzas que hicieron posible la victoria en la lucha de liberación de España que son: la conciencia altiva de un pasado histórico glorioso y heroico, un gran sentido familiar y una profunda religiosidad. El público sigue con emoción y con viva simpatía el desarrollo de los acontecimientos con el sentimiento de que la lucha de España por la continuidad de su cultura y libertad ha sido una etapa de la gran lucha en la que se encuentra hoy Alemania»

En cinco meses de exhibición en Alemania ya producía beneficios, la película aún debía llegar a 800 pantallas. A los nueve meses de proyección los beneficios obtenidos reportaban para España un total de 138.836,99 RM, unas 600.000 pesetas de la época. La recaudación total alemana para la TRANSIT por contrataciones había sido de unos 505.455,75RM, casi de 2,5 millones de pesetas de 1944, sobre unos 3 millones de euros actuales.


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