Ricardo Villalba Rubio, defensor del Alcázar y Divisionario

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Ricardo Villalba Rubio nació en Toledo, el 24 de enero de 1892, en el seno de una ilustre familia Militar. Su padre, José Villalba Riquelme, era Profesor de la Academia de Infantería de Toledo, que luego él llegaría a dirigir. Su madre era Luz Rubio Rivas. Hermano de Álvaro, Carlos, Antonio y Fernando Villalba Rubio, todos Oficiales que combatieron en el Ejército Nacional, y de José, que lo hizo en el bando rojo. Tuvo, además, cuatro hermanas: Luz, Adela, María Luisa e Isabel, todas casadas con Oficiales del Ejército español. Tanto él como sus hermanos recibieron de su padre el espíritu que los decidió por la Carrera de las Armas.
 
   A los 14 años ingresó en la Academia de Infantería de Toledo, en la promoción en la que se forjaron ilustres militares como Francisco Franco Bahamonde; Camilo Alonso Vega; Darío Gazapo Valdés, número 1 de la Promoción; Santiago Amado Lóriga; Camilo Alonso Vega; Emilio Esteban Infantes, Juan Yagüe Blanco; Diego Écija Villén, José Asensio Torrado; los hermanos Apolinar y José Sáenz de Buruaga; y otros.
 
   Se casó en primeras nupcias con María Rosa Morales y Morales con quien tuvo tres hijos y tras su fallecimiento contrajo segundas nupcias con María Dolores Talavera Benegas con quien tuvo otros cinco hijos más. Como Segundo Teniente fue destinado al Regimiento Córdoba Nº 10 de Guarnición en Granada y, más tarde, fue destinado a la Guerra de Marruecos, donde demostró su arrojo y valentía en diversos combates, siéndole concedidas numerosas condecoraciones. Ascendió a Teniente y fue destinado a la Academia de Infantería de Toledo como Profesor de Matemáticas y de Gimnasia.
 
   En el año 1917 fue ascendido a Capitán y destinado como Ayudante de su padre, que ocupaba el cargo de Gobernador Militar del Campo de Gibraltar. En 1920, su padre siendo Ministro de la Guerra, fundó la Escuela Central de Gimnasia de Toledo y a ella se incorporó su hijo Ricardo como primer Profesor, cargo que ostentará hasta el comienzo de la Guerra de Liberación Nacional. Se sumó al Alzamiento y, antes de encerrarse en El Alcázar de Toledo, Villalba se encargó de hacer subir, de la fábrica de armas de Toledo al Alcázar, toda la munición que ésta albergaba. Tuvo un papel destacadísimo.
 
   Mantuvo el espíritu de los combatientes y jamás permitió que cosa alguna distrajera la voluntad de resistencia de la fortaleza. Fue herido en cuatro ocasiones y ascendido por Méritos de Guerra. Liberado el Alcázar y repuesto de sus heridas, continuó la Guerra organizando los Batallones de Esquiadores Escaladores de Montaña y mandando la Infantería Divisionaria de la 74 División.
 
   Terminada la contienda, Ricardo Villalba Rubio fue destinado con el cargo de Director a la Escuela Central de Educación Física. Fue Combatiente Voluntario de la División Azul. Con el Grado de Coronel, fue Jefe de un Regimiento de Infantería. A su regreso se reincorporó a su anterior cargo en la Escuela Central de Educación Física. Posteriormente, fue destinado a mandar el Grupo de Infantería de Regulares Alhucemas Nº 5, donde fue promovido a General de Brigada, el 29 de febrero de 1952.
 
   Fue Gobernador Militar de Cáceres, puesto que ocupó hasta finales de enero de 1954, cuando fue nombrado Presidente del Patronato de Huérfanos del Ejército, primero de Tropa y, posteriormente, de Oficiales, cargo en el que se hizo muy querido por los huérfanos. Cesó el 25 de abril de 1970. Fue, asimismo, Teniente de Alcalde del Ilustrísimo Ayuntamiento de Madrid, en la época en que fue Alcalde José María Finat y Escrivá de Romaní, Conde de Mayalde (1952-1965).
 
   El 10 de diciembre de 1976 fue ascendido a General de División Honorario de la Segunda Reserva en Madrid, cargo que ocupó hasta su fallecimiento en dicha Capital, el día 10 de mayo de 1994, a los 102 años de edad. Su cuerpo fue enterrado en la Cripta del Alcázar de Toledo.
 
 
 
 

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