PPG – FNFF
José María Albiñana y Sanz nació en Enguera, Valencia, el 13 de octubre de 1883. Durante su época de estudiante, fue promotor del asociacionismo entre los estudiantes, y uno de los impulsores de la Unión Escolar de Valencia, constituida en 1903, sociedad de la que fue Secretario y, luego, Presidente. Doctor en Medicina, especialista en enfermedades nerviosas y mentales, y también Doctor en Derecho y Filosofía y Letras. Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina donde fue premiado por su obra:
Concepto actual de la Filosofía médica y su valor en el desarrollo de la Medicina.
Fue fundador del periódico La Sanidad Civil para reivindicar los derechos de los profesionales de la medicina y conseguir que recibieran paga estatal. En 1920 opositó sin éxito a la Cátedra de Historia de la Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Al considerar injusto el resultado, se apartó de la vida universitaria.
Durante esta etapa publicó: La medicina en verso. Colección de humoradas médico-literarias (1904); Fraternidad y cultura. Medios que pueden ponerse en práctica por el Estado, corporaciones o particulares para auxiliar a los estudiantes que no dispongan de medios de fortuna (1905); La medicación catodilítico-fosfatada en el tratamiento de la neurastenia, Congreso de la Asociación Española para el progreso de la Ciencia (1908); Orientación de la juventud ante el problema religioso (1910); Los crímenes del caciquismo: la tragedia de El Pobo. Defensa del médico don Alfredo Alegre. Informe presentado en el juicio oral (1918); La ignorancia de las Academias (1918); Cooperación española a la formación de la Escuela Médica de Montpellier (Primer Congreso Internacional de la Historia de la Medicina. Amberes, 1920); Desarrollo de las Comunidades Espirituales (1921); Programa para un curso de Historia Crítica de la Medicina (1921); La situación de México vista desde España (1921).
Continuó su actividad en México D. F., donde estableció su clínica. Allí realizó multitud de trabajos y conferencias, publicando tres novelas autobiográficas: Sol de Levante (1923); Aventuras Tropicales. En busca del oro verde (1928); y Bajo el cielo mejicano (1930).
En México la violencia estaba a la orden del día con el asesinato de varios presidentes de la república mexicana y la llegada al poder de Plutarco Elías Calles, con quien se produjo la persecución religiosa a los católicos y la Guerra de los Cristeros. Como consecuencia de su oposición al presidente Plutarco Elías Calles, fundador del Partido Nacional Revolucionario, PNR, antecesor del PRI, es expulsado de México.
La defensa de lo español le llevó a polemizar con el profesor norteamericano Russell Smith, consiguiendo por ello una felicitación del dictador Miguel Primo de Rivera. Fundó junto a Manuel Delgado Barreto, en 1930, el Partido Nacionalista Español. Por haber alentado la sublevación de Sanjurjo fue perseguido por la segunda república y confinado a Las Hurdes.
Asistió al acto de Fundación de Falange Española en el teatro de la Comedia de Madrid y quedó muy gratamente impresionado. En 1933 fue elegido diputado a Cortes por Burgos con el Partido Nacionalista Español, y reelegido en 1936 con el Bloque Nacional. Durante estos años recorrió toda la provincia y consiguió el afecto de los burgaleses, resolviendo necesidades reales: rectificación legal del funcionamiento de la Compañía de Aguas de Burgos, instalación del teléfono en Villarcayo y Medina de Pomar, creación del Aeropuerto de Burgos, etc.
Durante la segunda república fue autor de: Los cuervos sobre la tumba; Prisionero de la República; España bajo la dictadura republicana; Confinado en las Hurdes; La República Jurdana; y Marco Antonio en Jurdania.
Después del Alzamiento Nacional del 18 de julio de 1936, Albiñana se refugió en el congreso de los diputados, y dormía allí en una habitación contigua al botiquín; se hacía llevar la comida de un bar próximo. El 28 de julio se presentó en la cámara el vicepresidente, Luis Fernández Clérigo, quien en nombre del presidente Diego Martínez Barrio le exigió que abandonara el edifico.
En el mismo coche oficial del Vicepresidente del Congreso, y acompañado de éste, se fue a la Cárcel Modelo, no sin que recibiera promesa solemne de que su vida sería respetada como las de todos los presos, según frase de los señores Martínez Barrio y el propio Fernández Clérigo. Allí estaban presos de los rojos, entre muchísimos más, los ex-ministros Rico Avelló, Álvarez Valdés y Martínez de Velasco; Melquíades Álvarez, Fernando Primo de Rivera, Julio Ruiz de Alda, y los Generales Capaz y Villegas.
Su condición de diputado no le libró de ser asesinado por los milicianos frentepopulistas en el patio de la prisión, el 23 de agosto de 1936, tras simular varias veces su fusilamiento con balas de fogueo. Luego los milicianos separaron la cabeza del tronco y la colocaron entre las piernas del cadáver. Así fue enterrado en una anónima tumba colectiva del Cementerio madrileño del Este.