Ricardo Vázquez-Prada Blanco, tomar café en el Peñalba

 
PPG – FNFF 
 
 
 
 
Ricardo Vázquez-Prada Blanco nació en Pola de Siero, Asturias, en 1910. Huérfano de padre a los 4 años, hubo de vivir con su madre, maestra de escuela, en un poblado minero de Mieres. Estudió en la Escuela de los Hermanos de La Salle, donde hizo sus primeros pinitos periodísticos.
 
   Camisa Vieja de la Falange, Voluntario en el Ejército, hizo su Servicio Militar y, siendo muy joven se incorporó como Redactor al diario Región, donde trabajaban sus hermanos Fernando y Manuel. Allí inició una sección deportiva titulada Punterazos de Tomasín, que fue denunciada por el diario socialista Avance, por ver en ella a un portavoz de Falange Española.
 
   Durante la revolución socialista de octubre de 1934 fue perseguido por los marxistas y, al caer por una claraboya, resultó muy malherido. Tuvo que ser ingresado en un hospital, donde médicos amigos tuvieron que certificar que había muerto para evitar que fuese rematado por los marxistas.

 
   En el Alzamiento Nacional del 18 de julio de 1936 se incorporó como Falangista Voluntario a la Defensa de Oviedo. En la Brigada Mixta de Asturias, del Comandante Corugedo, hizo la Guerra en el Norte, en Guadalajara y en Teruel, donde resultó herido y perdió la visión de un ojo, continuando más tarde la Campaña en los Frentes de Huesca, Cataluña, Valle de Arán y la Bolsa de Bielsa. Una semana antes de la Victoria, ya era Director de Región, puesto en el que permaneció durante 51 años. Fue Corresponsal de la Agencia Logos, de Marca y del diario falangista Arriba, y mantuvo en Radio Asturias una sección titulada Punto y aparte.
 
   Escribió varias novelas, como: Dios va con ellos; El grito de Dios; Ambrosio; El loco de la montaña; Morir por nada; Prólogo a 1936; Tres de cuadrilla; Toreros aragoneses; Grandes figuras del fútbol asturiano; y Tomar café en el Peñalba (Historias de la defensa de Oviedo), que recuerda en el título el deseo insatisfecho de los milicianos rojos que cercaban Oviedo, para los que el popular café de la calle Uría, ya desaparecido, representaba una Cota Militar que jamás pudieron alcanzar.
 
   Fue uno de los periodistas más importantes del Régimen del 18 de julio, con una temática muy amplia. Su espíritu polémico le hizo protagonista de diferentes acontecimientos políticos y deportivos, siendo esta última especialidad la que cultivó con mayor interés, estando considerado como uno de los maestros del periodismo deportivo.
 
   También se destacó por su defensa y promoción del folklore asturiano. Cada sábado, en Radio Asturias, realizaba una presentación de canción asturiana y un recuerdo de las figuras de este género, organizado por Región.
 
   Falleció en Oviedo el 5 de enero de 1986. Tras su muerte su memoria se vio homenajeada por un busto realizado por Víctor Ochoa situado frente al estadio Carlos Tartiere. El 3 de abril de 2001, previa petición de la Asociación de la Prensa de Oviedo, Veteranos del Real Oviedo y Periodistas del diario Región, el Ayuntamiento de Oviedo acordó otorgar el nombre de Ricardo Vázquez-Prada a la calle comprendida entre el entronque de las de Antonio Sánchez, Antón y Alejandro Casona, en las inmediaciones del Nuevo Estadio Carlos Tartiere, del Real Oviedo.