Ramón Gómez de la Serna, la Cripta de Pombo y Greguerías

 
PPG
 
Ramón Gómez de la Serna Puig nació en Madrid, el 3 de julio de 1888. Licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo, consagró su vida exclusivamente a la actividad literaria. Prolífico escritor y periodista vanguardista, adscrito a la Generación de 1914 o Novecentismo, e inventor del género literario conocido como Greguerías, definidas por el propio autor como «metáfora más humor».
 
   Sus primeras obras muestran una actitud crítica e innovadora frente al panorama literario español, dominado por los noventayochistas, y coinciden con la dirección, asumida desde 1908, de la revista Prometeo, receptora y difusora de los primeros manifiestos vanguardistas en España, de los que fue su primer e incondicional defensor e impulsor.
 
   Animador indiscutible de la vida literaria madrileña, en 1914 creó una de las tertulias más frecuentadas y famosas con que ha contado Madrid, la del Café Pombo. Posee una obra literaria extensa que va desde el ensayo costumbrista, la biografía, la novela y el teatro. Su obra es extensa y su eje central son las greguerías, un género iniciado por él, que son un conjunto de apuntes en los que encierra una pirueta conceptual o una metáfora insólita. Suelen ser de varios tipos: chistes, juegos de palabras e incluso también pueden ser apuntes filosóficos. «Ramón», como le gustaba que le llamaran, escribió un centenar de libros, la gran mayoría traducidos a varios idiomas.
 
Tertulia del Café Pombo 
 
   Divulgó las vanguardias europeas desde su concurrida tertulia, en el Café de Pombo, inmortalizada por su amigo el pintor y escritor expresionista José Gutiérrez Solana. Escribió especialmente biografías.
 
   En España se encuentra con la revolución de Enero de 1933 y con la revolución de Asturias de 1934, verdadero comienzo de la Cruzada de 1936-1939. Sus amigos se dividen en uno u otro bando, y algunos se suman a la Falange de José Antonio Primo de Rivera. Las tertulias se polarizan y Ramón teme que se contagie de ese ambiente la Cripta del Pombo. A pesar de ello continúa en actividad periodística escribiendo para el Diario Madrid. Figuraba entre los fundadores de la pomposa y demagógicamente autotitulada  “Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura”. El ambiente de tensión le obligó a lanzar el 10 de julio de 1936 una solicitud de clausura de la tertulia «La sagrada cripta» en el café de la calle de Carretas.
 
   El estallido del Alzamiento Nacional del 18 de julio de 1936 le sorprende en zona roja, en Madrid, en la calle Villanueva donde vivía. Después de haber visto los desmanes y asesinatos  cometidos por el Frente Popular y que España peligraba como Nación, en agosto decide marchar con su esposa Luisa Sofovich a Buenos Aires, con el pretexto de asistir al congreso internacional del Pen Club. Consigue salir en un carguero italiano, desde el puerto de Alicante, que le llevó a Marsella y posteriormente un viaje en tren hasta Burdeos. En Burdeos en pasaje de tercera comenzaron el viaje a Montevideo con escala en Lisboa.
 
   En Madrid dejó la biblioteca que tras cuarenta y ocho años había logrado reunir. En Argentina les esperaba el poeta Ángel Aller, a las pocas horas de pisar Montevideo mandó los artículos escritos durante la travesía a La Nación. Desde Argentina se decantó por el Bando Nacional, manifestando su apoyo al Movimiento mediante un documento junto con otros muchos escritores, intelectuales y artistas, además de entregar una suma cuantiosa de dinero para financiar a los Nacionales.
 
   Su casa madrileña fue saqueada, desapareciendo todas sus pertenencias. La Cruzada de Liberación Nacional acaba y sus viejos amigos le envían cartas. Con los españoles que mantuvo contacto fue con Ortega y Gasset y el Doctor Marañón. Fue destacado a la Embajada un amigo suyo: Ignacio Ramos. Recibió ofertas desde España de su amigo falangista Tomás Borrás para escribir artículos y a comienzos de mayo de 1944 comenzó a colaborar en el diario falangista Arriba, cuyo director era Javier de Echarri.
 
   En 1947 Buenos Aires acoge una Exposición de Arte Español y aparece entre las obras pictóricas el cuadro de Solana sobre el Pombo. La propiedad del cuadro de Solana llevaba tiempo litigándose entre una heredera del dueño del Café Pombo, Eduardo Lamela y Ramón, que finalmente lo cede al Estado Español. Jesús Rubio, Subsecretario de Educación Nacional, encarga al Presidente del Ateneo de Madrid que invite oficialmente a Ramón a un viaje a España de dos meses.
 

   El día 22 de abril de 1949 llega a la Ría de Bilbao y tres días después llega a Madrid. Se aloja en el Hotel Ritz. En su primera salida del Hotel va al Café Lyón. Comunicó a todos los pombianos que el 30 de abril de 1949 se reabría la Sagrada Cripta. Tres sesiones se celebraron durante su estancia en Madrid. Conferencias, actos protocolarios, chocolatadas, verbenas populares, presentación de libros, etc. El Ayuntamiento de Madrid le dedicó una placa conmemorativa en el edificio donde nació y en una ceremonia de reconocimiento descorre la protocolaria cortinilla. Entre los actos oficiales se encuentra una recepción con el Caudillo de España Generalísimo Francisco Franco, del que era gran admirador.
 
   De su numerosa bibliografía, las obras más importantes son: El incongruente, su novela predilecta; El gran hotel; La hiperestésica; El Torero de Caracho. En Los muertos, las muertas y otras fantasmagorías se recopilan consideraciones, construidas enteramente alrededor del tema de la muerte.
 
   Otra de sus obras más populares la constituye la serie de Las falsas novelas (1927), colección que incluye la rusa, la china, la tártara, la negra, la alemana, y la norteamericana: son “pastiches” psicológicos, escritos en su estilo peculiar.
 
   
   Hay que mencionar además: Ramonismo; El doctor inverosímil; El chalet de las rosas; El circo; La malicia de las acacias; El dueño del átomo (1928); La mujer de ámbar; El caballero del hongo gris, calificada por su autor de “folletín moderno”; Efigies (1929); Cinelandia; La saturada; Vida, pasión y muerte de un morista; El hijo del relojero; Gollerías; El novelista; El cubismo y todos los ismos; El secreto del acueducto; La quinta de Palmira; Viernes Santo; Elucidario de Madrid; La Nardo (1930); Policéfalo y señora (1932); Los medios seres (obra de teatro); Las escaleras (1935); Rebeca (1936); El cólera azul (1937); Ismos (1943); Nuevos retratos contemporáneos; Trampantojos (1947), Cuentos para los días de no salir de casa (1947); Explicación de Buenos Aires y su Automoribundia (1948). Tiene también estudios sobre pintores, como El Greco o Juan Gris y Goya; también: Nada menos que el 8 tumbado, que es la fórmula del infinito.
 
   Sus obras han sido traducidas al inglés, al francés, principalmente por Valery Larbaud, quien reunió una antología suya con el título de Echantillons; y al alemán, ruso, italiano y sueco, entre otros. En España, su primo Gaspar encabezó la solicitud internacional para que le otorgaran el  Premio Nobel. Su salud se resiente, aquejado de diabetes y atenazado a la insulina, los doctores le detectan una flebitis latente.
 
   Las invitaciones para regresar a Madrid se sucedían y el Alcalde, Conde Mayalde, le solicitó en numerosas ocasiones su presencia. Argentina le ofrece una pensión vitalicia. En 1962 se le detecta un cáncer entre el píloro y el duodeno. En abril de 1962, el Embajador le comunica la concesión del Premio Juan March.
 
   Falleció el 12 de enero de 1963 en Buenos Aires. El 23 de enero sus restos llegaron a Madrid, donde fue enterrado en el Panteón de Hombres Ilustres de la Sacramental de San Justo, junto a la tumba de Mariano José de Larra.