Pensamiento de Franco: El Sindicalismo nacional en la nueva sociedad española.

No podríamos olvidar que entre los fines de este Consejo figura estimular la acción de la Organización Sindical. En este campo nos encontramos con uno de los logros más singulares de la España del tiempo presente, y ante uno de los éxitos más indiscutibles del Régimen y del Movimiento. El sindicalismo debe ser uno de los baluartes más firmes de la nueva sociedad española, porque desde él se lucha contra cualquier forma de injusticia, y se promueven y estudian las fórmulas más adecuadas para la participación de los hombres en los justos beneficios de la producción y del trabajo. Sabemos que todo aumento de la riqueza de poco serviría si, al mismo tiempo, no se lograse un perfecto y paulatino acceso a los bienes logrados con el esfuerzo de la sociedad, y por medio de la colaboración en esta era técnica y en la economía del desarrollo, del trabajo y del capital hermanados para los fines que les son propios.

Nuestro sindicalismo orgánico, representativo y cauce de fecunda participación, es hoy no solo el medio por donde discurre la expresa voluntad social de los españoles, sino el punto de encuentro donde trabajadores técnicos y empresarios deponen toda vieja y estéril rivalidad para resolver unidos cuantos intereses afectan a sus intereses y sus vidas. También desde el campo de lo social aparecen ciertas amenazas por parte de cuantos pretenden retornar a la España cruel y dividida de antaño, cuando todos combatían contra todos, desde sindicato a sindicato y desde grupo a grupo, en una ley de la jungla que hacía imposible el orden de la nación y el progreso comunitario. A través de nuestro nuevo sindicalismo se ha logrado la reconciliación del mundo de la producción y del trabajo y se ha puesto fin a la cruenta lucha que entre sí sostenían las clases sociales e incluso los sindicalismos rivales. Todo esto fue consecuencia de una época en la cual no solo se desatendió a la justicia social, sino que se faltó incluso contra la caridad cristiana.

La Organización Sindical española, superadora de estas querellas y de estos males, ha de ser uno de los ejes vitales de la concordia civil en que vivimos. Por ello encomiendo a todos los miembros de este Consejo y a los dirigentes sindicales que pongan su máximo celo en el mejor logro del futuro ordenamiento sindical, que partiendo de la enorme tarea ya realizada debe ratificar y perfeccionar cuanto el sindicalismo ha logrado para sí mismo y para todos en el último cuarto de siglo. Hoy nuestros sindicalistas se encuentran en el interior de las instituciones a las que antaño combatieron otros desde fuera y en las que ahora participan con profunda presencia representativa. El sindicalismo está en el sistema y en el Movimiento, como lo demuestra su excepcional participación en los Municipios, las Diputaciones, las Cortes Españolas, el Consejo del Reino y, desde luego, en este mismo Consejo Nacional. Para los Sindicatos se han abierto las puertas de la fortaleza social, que antaño otros sindicalismos pretendieron derribar, cuando esa fortaleza defendía la injusticia y hacía inevitable la lucha social.

Al contemplar hoy en el mundo los desgarramientos y pugnas de otros sindicatos, más nos afirmamos en la creencia de que hemos dado en España con la fórmula que precisaba la madurez del tiempo en que vivimos, esto es, un sindicalismo de participación y de gestión, que sirva ante todo a sus fines específicos -puesto que sin ellos no sería sindicalismo-, pero que al tiempo colabore en el engrandecimiento de la Patria. Sin unidad sindical retornaríamos a las luchas sociales de antaño, que dividían a los trabajadores y los enfrentaban en lucha sangrienta con los empresarios, en lugar de coaligarse todos para la concordia y el diálogo. Hoy un sindicalismo unido y fuerte es la clave de una sociedad integrada y el reducto más firme de la paz social, política y económica de España.

Francisco Franco Bahamonde

(28-XI-1967: Inauguración del XI Consejo Nacional del Movimiento. Madrid)


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