Pensamiento de Franco: La revolución de nuestro tiempo. Solución católica al reto comunista

 

Si miramos a los otros campos del Derecho, un hecho importantísimo que caracteriza a la era en que vivimos les afecta con toda intensidad: el hecho social, que se levanta en medio de la sociedad moderna y que, o se le da estado y vida oficial, o discurrirá en la clandestinidad y en la irresponsabilidad más completa. El mundo Lleva una marcha que sería inútil y quimérico pretender detener, y ante ella los principios viejos aparecen ineficaces para los tiempos nuevos.

Ha variado mucho el concepto de las cosas y las nuevas generaciones se niegan a seguir los moldes de las viejas. Nada conseguirán las clases rectoras de los pueblos con aferrarse a posiciones que el egoísmo les hace creer beneficiosas. No porque no se quiera un estado de cosas, éste deja de existir.

La victoria y la derrota no pueden dar luz en el mundo de las ideas, ni cortar la evolución del pensamiento. La revolución rusa y el comunismo no son más que un fenómeno expresivo de disconformidad en la marcha de ese mundo social que grandes sectores de los países anhelan. Las agrupaciones económicas o de clase, perturbando, dominando y arrollando todo el campo de la política en la mayoría de las naciones, constituye otra manifestación.

Asistimos a una revolución más trascendental que la que pudo representar la Revolución francesa. Vivimos una era social que no podemos desconocer, y sobre las otras formas del Derecho elaboradas y perfeccionadas a través del tiempo se levanta el Derecho social pidiendo un puesto de primacía. El hecho existe y no puede desconocerse. La revolución se abrirá su camino, y se realizará por la vía fecunda de la filosofía católica o derivará por la vía comunista, haciéndonos retroceder a una nueva era de tiranía y de barbarie.

 Francisco Franco Bahamonde

(29-X- 1949: Universidad de Coimbra—Portugal.)


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