Redacción FNFF
Desde que con José Luis Rodríguez Zapatero, el PSOE creó y aprobó la Ley de Memoria Histórica se han producido numerosos actos en contra de la Historia de España. El PP de Mariano Rajoy, a pesar de haberlo prometido en su programa electoral, no ha derogado aún esta infame ley, por lo que se siguen produciendo ataques y “talibanismos” contra nuestros acontecimientos históricos, que nos diferencian del resto y de los cuales deberíamos estar orgullosos, pues nos admiran en muchas partes del mundo por nuestras gestas y heroísmos.
Como ejemplo, podemos citar a la Imperial Ciudad de Toledo. Además de haber profanado el Alcázar (con desfiles de modelos), haber quitado las placas a Francisco Franco, al General Moscardó, a José Antonio Primo de Rivera, etc… se han propuesto cambiar todas las calles referentes a una de las épocas de mayor prosperidad, justicia social y paz que hemos tenido en nuestra Historia.
Así pues, el Ayuntamiento del socialista Emiliano García-Page, entregado a la representación mínima de IU para mantener la alcaldía, han puesto en marcha el cambio de los nombres de las calles de Toledo, de personajes y hechos emblemáticos de la ciudad imperial y de España, por otros de personas que, aunque en casos destacadas, no tienen nada que ver con la ciudad, con nuestra Patria ni con su Historia. Creemos que ni siquiera han estado en Toledo o si saben de su existencia.
Podemos contemplar el desmantelamiento (incluso en directo por miembros de Izquierda Unida) de cómo han cambiado el nombre de las calles: 18 de Julio, por el de
Nelson Mandela; Calle de la División Azul, por Calle
Rosa Parks; Calle Banderas de Castilla por Calle
Rigoberta Menchú; Calle
General Moscardó por Cuesta de los Capuchinos; Calle
Capitán Cortés, por Calle La Rioja; Calle de los Alféreces Provisionales por Calle de la Paz; Calle Unificación, por Madre Teresa de Calcuta; Calle Tercio del Alcázar, por Calle
Gabriela Mistral; Calle Batallón de Voluntarios de Toledo, por Calle Clara Campoamor; la Plaza de
Antonio Rivera, Ángel del Alcázar, se llamará Plaza de
Martin Luther King y, la última hazaña del Ayuntamiento, es cambiar la Calle
Capitán Alba, por el nombre de
Pablo Neruda, comunista que odiaba a España y a los españoles, a los que calificó “hijos de perra”.
Es vergonzoso que se destruya así nuestra Historia, con el odio de unos y la tibieza de otros. Nunca hubiéramos imaginado que los españoles destruyeran su propio Patrimonio Nacional, artístico, histórico y cultural.