José Alfredo García Fernández del Viso
Nos encontramos ante una encrucijada. España, la nación más antigua de occidente, la iniciadora de los principios genuinos, trasportados al resto del continente europeo bajo una áurea cristiana, se encuentra en trance de aniquilamiento. Aniquilamiento, si, es duro decirlo, pero por desgracia para todos así es. La antigua Hispania, gentilicio de época ya fenicia, fue adoptado por los romanos para denominar a Iberia, ese territorio dónde Trajano a la sazón primer emperador hispano creo un variopinto número de poblaciones y poblados continuando la labor otros gobernantes romanos, así destacan Asturica Augusta, Lucus Agusti y un largo etcétera, los cuales con el tiempo fueron constituyéndose en urbes florecientes y destacadas.
España, la cuna de las raíces cristianas, ya lo dice el himno de Covadonga en sus letras:
Bendita la Reina de nuestras montañas que tiene por trono la cuna de España.
Esas raíces inculcadas a fuego y esfuerzo entre la incipiente población peninsular, desterrando a invasores enemigos de la dignidad humana y de la civilización cristiana, los cuales adoraban a la media luna. España nación de conquistadores con Pizarro y Cristóbal Colón al frente, los que junto con otros muchos como Hernán Cortés, Pedro Menéndez o Pedro de Valdivia, descubrieron y conquistaron nuevos territorios, llevándoles el progreso y los valores de la civilización cristiana. Esta nación, la cual durante siglos se constituyó en imperio debido a una dinastía austera pero a la vez astuta, los Austrias, dónde el Sol no se ponía jamás.
La historia de España es enorme, podríamos consumir folios y folios explicando y contando sus aconteceres, la inmensa mayoría de ellos de luces, ya que sombras también las ha habido, sobre todo cuándo el enemigo de Occidente, el anti patriota a copado poder, y su función consistía en destruir la nación y por tanto la patria.
Precisamente eso es lo que venimos padeciendo desde el 22 de noviembre de 1975, cuándo los anti patriotas, los enemigos de España y del cristianismo, tras una traición sin paliativos a un sistema altamente ventajoso para el colectivo pero altamente nocivo para el individualismo, copan la estructura del Estado, desmantelándolo para crear un ente nuevo a su imagen y semejanza.
Ese ente, esa “entente cordiale” ha dados sus frutos para ellos, es decir, para los políticos y adoradores del nuevo sistema, en definitiva “buenistas”, ya que si este sistema se caracteriza por algo es por su “buenismo” dónde todo vale, pero lo que “ellos” marquen, no lo que la razón y la verdad digan, eso sí que no vale.
Han creado un régimen de taifas, un tinglado muy complicado de desmantelar, el cual se ha convertido en el “modus vivendi” de miles de personas. El problema es que todo ello con cargo al erario público y por tanto con cargo al sufrido contribuyente.
Recibe el nombre de estado de las autonomías con multiplicidad de administraciones con sus consecuentes cargos innumerables. Debido a ello, y sólo a ello, el Reino de España en la actualidad se encuentra arruinado, vejado y acobardado. Pero no sólo eso, sino que gracias a estos mini estados, la unidad nacional se encuentra en trance de desaparición, a pesar del artículo segundo de la constitución nacida en él año 1978 dónde se apela a la unidad nacional y al ejército como su salvaguarda.
Sin embargo, este “buenismo” exasperante hace que la constitución se aplique para lo que interesa a algunos, no, y de nuevo volvemos a recordarlo, al colectivo de la nación española.
Gracias a este texto constitucional, se ha amparado y se sigue haciéndolo de manera reiterativa manifestaciones y actos en contra del ser mismo de España, insultando a la nación y por tanto cuándo se produce tal afrenta, es fácilmente entendible su extensión a todos los españoles.
En el año 1991 asistimos impávidos al inicio de una serie de conflictos en la extinta Yugoslavia, nos encontrábamos a un día en coche del conflicto, ¡no digamos en avión! Pudimos observar como limpiezas étnicas, segregaciones territoriales y revanchismos se producían por doquier, viendo imágenes lamentables con cientos de cuerpos inertes.
Uno de sus conflictos más señeros fue el de Kosovo, ¿por qué se produjo? Por lo siguiente; un buen día de 1999 los Kosovares decidieron proclamarse independientes adoptando su provincia el nombre de República de Kosovo. Ante ello Yugoslavia gobernada por Milosevic les insta a deponer su actitud, indicándoles que si en un plazo máximo de 48 horas no siguen por la senda constitucional tendrán que aplicar las leyes instauradas en su día para casos como él que se presentaba. Sin embargo, los Kosovares no depusieron su actitud, continuaron con su loca política nacionalista – secesionista, y las consecuencias lamentables todos las sabemos.
Pues bien, caso parecido es él que nos acucia en España con catalanes y vascos a la cabeza. Poblaciones que nunca fueron nada, simplemente territorios anexionados a la corona española, jamás fueron reino ni nunca tuvieron tal apetencia…….hasta ahora.
Nuestra constitución, la del año 1978 es clara al respecto en varios de sus artículos. Según dicha carta magna, la unidad nacional es inviolable, eso sí, conviviendo con lo que los que la redactaron denominan como realidades y comunidades históricas.
Hace 81 años en nuestra misma nación unas simples elecciones municipales arruinaron y humillaron a toda una monarquía, casualidades de la vida, también borbónica como la actual. Todos sabían en aquel tiempo que aquella convocatoria electoral realmente era un plebiscito sobre el sistema español. Una simple convocatoria electoral, por cierto ganada por las derechas, pero perdida desde el sistema, ya que el monarca de entonces Alfonso XIII por temor huyó dejando a España al pasto de las llamas izquierdistas. Ahora, año 2012, estamos en las mismas, una convocatoria electoral se ha marcado como plebiscito para la segregación, la independencia de una parte del territorio español. No nos engañemos, no se trata de unas simples elecciones autonómicas, sino de una llamada a la rebelión contra el ser mismo de España.
Ante ello, ¿va a claudicar el estado español? ¿la jefatura del Estado se opondrá?
Mucho nos tememos que no harán nada. Ya sucedió en aquel fatídico año de 1934 cuándo de nuevo la izquierda no podía soportar el gobierno de la derecha y planteo un golpe de estado, el cual en Cataluña se transformo en una proclamación de un estado independiente por medio de un demente llamado Companys, ahora el demente recibe el nombre de Arturo Mas.
Sin duda se aproximan tiempos difíciles, España se encuentra acosada por todos su frentes; moral, económico, social, religioso y territorial.
No podemos asistir impávidos a la ruptura nacional, no podemos olvidar que en Cataluña y en Vascongadas existen buenos españoles, grandes compatriotas, los cuales no quieren romper nada, sino continuar su coexistencia bajo el manto protector de la nación más antigua de occidente.
Si de verdad un territorio sé secesiona, ¿qué pasaría con esos buenos españoles?. Muy sencillo, al igual que en Yugoslavia y en sus repúblicas comenzaría una “caza de brujas”, una “caza racial” total hacia ellos. Por desgracia en menor medida ya existe, porque no se puede hablar la lengua mater que es el castellano, no se puede rotular un cartel en español, pero sí en catalán y lo que es más denigrante en turco o en arameo, mientras no se vea y se arrincone lo español mejor.
Termino como comienza este pequeño artículo. Para muchos España es nuestra cuna, nuestra patria y nuestra madre. Por desgracia este sistema “buenista” ha apostado desde hace ya más de tres decenas de años por Ex paña.
Las consecuencias serán fatales, y los lamentos vendrán como siempre ocurre tarde. Hace ya muchos años se advirtió de ello concienzudamente, los discursos y las manifestaciones están en las hemerotecas, pero claro eran el bunker, eran los fascistas, unos locos nostálgicos y demás calificativos poco gratificantes.
Muchos de los que hoy se oponen a tamaño disparate rupturista en aquellos momentos lo aplaudían, luchaban según ellos por la democracia.
Pues miren ustedes, ahí tienen la democracia tan cacareada solicitada. Ahora observen y estudien las consecuencias de ello, por supuesto los lamentos quedan para otros y por favor no hagan como Boabdil al salir de Granada camino de las Alpujarras cuándo su madre le dijo;
Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre.