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Diego Écija Villén nació en Rute, Córdoba, el 13 de junio de 1888. Hijo de Francisco Sergio Écija y de Amparo Villén. Estuvo casado con Aurora Villén Priego, de quien enviudó antes de la Guerra. No tuvieron descendencia. Tuvo dos hermanos: Manuel y Gregorio. Manuel estaba casado con Luisa Roldán, matrimonio que no tuvo hijos. Perteneció a la Unión Patriótica del General Miguel Primo de Rivera y Orbaneja y fue Alcalde de Rute, donde desde los años 20 hasta la transición tuvo una calle en dicha ciudad con su nombre, en honor a los grandes beneficios que realizó en el pueblo durante su mandato. Gregorio también fue Militar y falleció antes de la Cruzada.
Diego Écija Villén ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en la misma Promoción que Francisco Franco. Allí comenzó la amistad con Franquito, que duraría toda su vida. Ambos superaron el examen de ingreso en la convocatoria del 26 de junio de 1907, junto a 380 compañeros más, siendo un total, por tanto de 382 cadetes, los que juraron Bandera el 13 de octubre del citado año de 1907.
Se le quedó grabada la Comunicación Oficial que lo nombraba Cadete y el momento de vestir el uniforme por primera vez, con la guerrera y el pantalón rojo de Infantería y su sable. En esta Promoción estaban igualmente muchos futuros destacados Militares, como: Darío Gazapo Valdés, número 1 de la Promoción; Santiago Amado Lóriga; Camilo Alonso Vega;
Emilio Esteban Infantes, que mandó la División Azul después de
Agustín Muñoz Grandes;
Juan Yagüe Blanco; José Asensio Torrado; Fernando Díez Giles, que compusiera la música del Himno de la Academia de Infantería, siendo el compositor de la letra el también Cadete Ricardo Fernández de Arellano; Lisardo Doval Bravo; Tomás Peire Cabaleiro; los hermanos Apolinar y José Sáenz de Buruaga; Luis Boix Ferrer, etc.
Junto a Francisco Franco
La XIV Promoción tuvo tres Directores sucesivos. El primero, Coronel Juan San Pedro Cea, no llegó a concluir el primer curso. El segundo, Coronel Luis Fridrich Domec, dirigió la tercera parte del primer curso hasta la primera de 1909 e implantó el moderno y poco conocido sistema de juegos de guerra a nivel divisionario El tercero Director, Coronel
José Villalba Riquelme, se compenetró perfectamente con la Promoción, y ésta con él, pese a su breve paso por la Academia.
Diego hizo rápidamente amistad con Franco, que sólo tenía 14 años al ingresar, por 18 de Diego. Fue destinado, junto a Franco, a la 3ª Compañía, donde prestaban Servicio dos de los Tenientes más duros. La Jura de Bandera la realizaron el 13 de octubre de 1907, en el Patio de Armas del Alcázar. Todos respondieron a la frase en vigor del Juramento: “¡Alumnos de Infantería! ¿Juráis a Dios y prometéis al rey servir constantemente sus Banderas, defenderlas hasta perder la última gota de vuestra sangre y no abandonar a los que os están mandando en acción de guerra o preparación para ella?”, al responder a esta frase con el ritual “¡Sí, juramos!”, muchas voces se quebraron por la emoción.
Diego Écija Villén con Francisco Franco y sus compañeros en el Alcázar de Toledo
Su amistad con Franco se acrecentó. Fue el que le defendió en diferentes momentos y novatadas, con lo que se hicieron amigos íntimos. El día 14 de julio de 1910 se les entregó el despacho de Segundos Tenientes. Diego fue el número 28 de la Promoción. Ingresaron 382 y que salieron promovidos 312 Segundos Tenientes.
De éstos, 65 murieron en combate: 42 de ellos en las diversas Campañas de la Guerra de Marruecos, y 23 en la Cruzada Nacional de Liberación. Por su parte reseñar que 36 componentes de la Promoción fueron asesinados por los rojos. Hubo 4 que obtuvieron la Cruz Laureada de San Fernando y 12 la Medalla Militar Individual. Diego también tuvo mucha amistad con Yagüe y, posteriormente, le hablaba frecuentemente de la Falange y de José Antonio, por lo que Diego adquirió mucha simpatía al mismo y a la organización falangista.
Combatió en la Guerra de África, donde fue herido al menos una vez. Posteriormente fue destinado a Madrid, al Cuartel General del Ejército. Se reunió en varias ocasiones con Franco y otros compañeros para hablar del posible Alzamiento. Fue víctima de la Ley Azaña, y fue degradado, como muchos Militares y compañeros.
La Ley Azaña, del 25 de abril de 1931, promovía el retiro “voluntario” de un número determinado de Oficiales, o, lo que es lo mismo, una depuración del Alto Mando Militar. Asimismo, defendía la reducción de las Divisiones del Ejército, de 16 a 8; la desaparición del cargo de Capitán General y la derogación de la Ley de Jurisdicciones de 1906. También suspendía y anulaba muchos ascensos por Méritos de Guerra. En resumen, disminuía la presencia Militar del poder político. Esto hizo que bastantes Militares dejaran la Carrera.
El Alzamiento en Madrid se abortó en gran medida por culpa del Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Guerra Santiago Casares Quiroga. Diego fue detenido y llevado a la checa del Ministerio de Marina pero, milagrosamente pudo escapar. Después de unos días vagando por las calles de Madrid y de otras peripecias, consiguió asilarse en la Embajada de Finlandia, sita en la calle de Velázquez número 55, donde se hacinaban las personas de manera terrible. En muchas habitaciones había hasta 35 seres humanos conviviendo. Había serio peligro de que fuese asaltada dicha legación por los milicianos rojos, por lo que ingresó en un hospital y, de acuerdo con un Cirujano amigo, se hizo pasar por enfermo del estómago. Hasta tal punto representaron la “función”, que ingresó en el quirófano y el médico le abrió y le cerró la barriga, para que hubiese herida y no se levantasen sospechas. Después se escondió en la Embajada de Noruega y, por fin, disfrazado de súbdito de esa Nación, viajando en un autobús, consiguió pasar a Francia y de ahí al Cuartel General del Generalísimo en Salamanca.
El primo de Franco,
Francisco Franco Salgado-Araujo, le consiguió una entrevista con el Caudillo, que se puso muy contento de que hubiera salvado la vida y estuviese con él. Franco le dijo que lo quería a su lado, que siempre había pensado en hacerle su Ayudante de Campo, por la confianza que tenía en él, pero que antes tenía que ir al Frente, como todos los demás, a combatir por Dios y por España. Se incorporó al Ejército del Sur. Marchó como Comandante, estampillado de Teniente Coronel, interviniendo en varias batallas liberando pueblos para la Zona Nacional. Destacó en el Frente de Extremadura, en la defensa de Azuaga, donde tuvo una actuación heroica.
Después de la contienda, viudo de su primera mujer, se casó en segundas nupcias con Adela Miró Nadal, viuda de Manuel Pérez Andréu y que tenía dos hijos: María Concepción y Juan Manuel Pérez Miró, ambos falangistas, el 12 de enero de 1944 en la Iglesia del Buen Suceso de Madrid.
Llegó a Coronel de Infantería no ascendiendo a General por la citada Ley Azaña y porque Franco le dijo que ya quedaban muy pocos y que no lo iba a modificar. Pero le nombró su Ayudante de Campo en ese año de la Victoria de 1939 hasta 1950. Destacó su labor después de la Cruzada en “Regiones Devastadas” y fue Consejero Delegado Gerente del Patrimonio Nacional, realizando un importante trabajo de recuperación y restauración, destacando su labor entre otras muchas, con los tapices. Fue propietario de la industria y Fábrica de aceites y jabones de su mismo nombre en las fincas “La Isla” y “Solerche” en la fértil rivera del Genil.
Murió el 25 de julio de 1968, día de Santiago Apóstol, en el Hotel Atlántico de Estoril, Portugal, mientras estaba de vacaciones.