PPG – FNFF
José Guerra Campos nació en Ames, La Coruña, el 13 de septiembre de 1920. Realizó los Estudios Eclesiásticos en el Seminario Diocesano de Santiago de Compostela, desde 1931 a 1940, con una interrupción durante la Cruzada de Liberación Nacional, donde participó en el Ejército Nacional con la 108ª División. Realizó el Bachillerato Eclesiástico en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, como alumno del Pontificio Colegio Español. Fue Ordenado Sacerdote el 15 de octubre de 1944. Obtuvo el Bachiller en Sagrada Teología el año 1945. Licenciado y Doctor por la Universidad Pontificia de Salamanca en 1945. Canónigo Reliquiario por Oposición, de la Catedral Compostelana desde 1951.
Entre 1945 y 1964 fue Profesor en el Seminario Diocesano de Santiago de Compostela de Teología, Introducción a los Evangelios, Historia de la Filosofía y Liturgia; En el Instituto de Cultura Religiosa Superior de Historia de las Religiones e Historia de la Iglesia; y en las Facultades de Medicina y de Farmacia de la Universidad Compostelana, Profesor de Deontología General y Médica.
Entre 1945 y 1964 fue Consiliario de los Jóvenes Universitarios de Acción Católica; Viceconsiliario de la Archicofradía Universal del Apóstol Santiago y Director de su Boletín Compostela; Secretario de las Juntas de los Años Santos Jacobeos; Miembro del Centro de Estudios Jacobeos y del Instituto Padre Sarmiento de Estudios Gallegos del CSIC; y Director Adjunto en una fase de las excavaciones arqueológicas en la Catedral de Santiago de Compostela. Asimismo fue Consultor del Episcopado Español en el Concilio Vaticano II (1962-1963).
Nombrado Obispo Titular de Mutia y Obispo Auxiliar de Madrid-Alcalá el 15 de junio de 1964, que por entonces regentaba el Obispo Casimiro Morcillo de quien también fue un gran colaborador como Secretario General del Episcopado español entre 1964 y 1972. Por ello su conocimiento de la Iglesia española era extraordinario. Fue Consagrado Obispo el 26 de julio de 1964. Como Obispo participó en las sesiones del Concilio de 1964 y 1965, con intervención especial sobre el ateísmo marxista en la Constitución Gaudium et spes. Miembro del Secretariado Pontificio para los no Creyentes de 1965 a 1973; del Comité de enlace de las Conferencias Episcopales Europeas (1965-1972); Representante del Episcopado Español en el Primer Sínodo de Obispos en Roma (1967); convocado para el segundo por la Secretaría del Sínodo (1969).
De 1964 a 1972 Secretario General del Episcopado Español; Presidente de la Unión Nacional de Apostolado Seglar; Consiliario de la Junta Nacional de la Acción Católica Española; Presidente de la Comisión Católica Española de la Infancia; Presidente del Comité Rector de la Campaña contra el hambre en el mundo; Director del Instituto Central de Cultura Religiosa Superior. Procurador en las Cortes Españolas entre 1967 y 1976. Miembro hasta 1976 de la Junta del Patronato Menéndez y Pelayo del CSIC; Presidente de la Comisión Asesora de Programas Religiosos de RTVE hasta 1973.
Fue Obispo de Cuenca, nombrado el 13 de abril de 1973. Inspirador de la revista religiosa Iglesia-Mundo y de la Hermandad Sacerdotal Española, que agrupaba a más de 6.000 Sacerdotes que no aceptaron las reformas en distintos ámbitos de la Iglesia, tras el Concilio Vaticano II. Dio conferencias y participó y bendijo numerosos actos de las llamadas Fuerzas Nacionales y fue un devoto admirador de la doctrina y persona de José Antonio Primo de Rivera y del Caudillo Francisco Franco y su obra, de los que fue defensor en tiempos muy adversos.
En aquellos años tan difíciles para la Iglesia y para España, se produjo en nuestro país la aparición de Obispos con escasos merecimientos. Simultáneamente comenzaban a estorbar los Obispos conocedores de lo sucedido en la Iglesia española desde 1931 y de la tremenda persecución que sufrió la Religión en nuestra Patria. Poco a poco fueron desposeídos de toda influencia y los fieles comenzaron a asistir a extraños nombramientos y a actitudes episcopales poco comprensibles. Siguiendo esta línea de arrinconamiento, Guerra Campos fue enviado en 1973 a la Diócesis de Cuenca donde realizó una obra amplísima de apostolado, predicación y organización de su Diócesis.
Se preocupó muchísimo por los pobres, a quienes daba todo lo que poseía, y hasta sus vestiduras de Obispo las tenía muy viejas y raídas, porque cuando le regalaban por suscripción popular unas nuevas también las donaba para, con el dinero recaudado, hacer obras de caridad. Utilizaba para su vida diaria una pequeña habitación, modestísima, en la que existía una mesa camilla con su brasero, cuya lumbre removía el Obispo personalmente de vez en cuando con la badila de hierro, para intentar dar un poco de calor a aquella estancia tan pobre y fría.
Entre sus obras, destaca su Guía de la Catedral de Santiago, que es una obra aún no superada. Otras obras suyas de tema jacobeo son: Bibliografía de las Peregrinaciones (1947); Una hipótesis reciente sobre la traslación de Santiago (1953); La Perenette y el Camino de Santiago (1955); El descubrimiento del cuerpo de Santiago en Compostela (1956); Relicario de la Iglesia Católica de Santiago (1959); y El Sepulcro de Santiago (1975). Entre las que tratan temas no jacobeos podemos destacar: Juicio católico del marxismo (1969); Aspectos teológicos de la conquista del espacio (1970); La monarquía católica (1976); Ateísmo hoy (1971); Lecciones sobre ateísmo contemporáneo (1978); y La ley de divorcio y el Episcopado español: (1976-1981).
Guerra Campos fue desposeído de su Sede en cuanto se produjo su renuncia por edad. Se refugió en un Convento de Barcelona y murió santamente, tras sufrir toda clase de injusticias y persecuciones. La más indigna fue la apostilla que sobre su persona aparece en la obra Confesiones, del Cardenal Tarancón. Falleció en Sentmenat, Barcelona, el 15 de julio de 1997.