Pensamiento de Franco: El sistema liberal parlamentario desde las Cortes de Cádiz. Balance histórico a través de formas

 

La vida de la nación española ha sido tan intensa y pródiga en acontecimientos que vale la pena el que, aunque sea ligeramente, recordemos los frutos que recogió España bajo el sistema liberal parlamentario de partidos políticos desde las Cortes de Cádiz, que elaboraron aquella Constitución inspirada en las ideas de la Revolución francesa, hasta el advenimiento del Movimiento Nacional.

En el primer período, que va de las Cortes de Cádiz, en septiembre del año 1810, a la vuelta de Fernando VII, en marzo de 1814, España pasa por una guerra de la Independencia y tres Regencias, y durante él se promulga nuestra primera Constitución.

Del regreso de Fernando VII a su muerte, marzo de 1814 a septiembre de 1833, algo más de diecinueve años, vivimos en constante lucha de absolutistas y liberales; seis años de absolutismo con una represión antiliberal, tres de liberalismo con una brutal persecución de absolutistas, diez de absolutismo moderado hasta la Reina Gobernadora, pleno de rebeliones y de continuos alzamientos; una guerra civil que termina con la intervención armada del extranjero, se pierden la casi totalidad de nuestras posesiones en el mundo y se echaron los cimientos de la guerra carlista.

En la siguiente etapa, de la muerte de Fernando VII al destronamiento de Isabel II, septiembre de 1833 a septiembre de 1868, la vida española no puede ser más agitada. En treinta y cinco años 41 Gobiernos, dos guerras civiles, la primera de seis años; dos Regencias y una Reina destronada, tres nuevas Constituciones, quince sublevaciones militares, innumerables disturbios, repetidas matanzas de frailes, saqueos, represalias, persecuciones, un atentado contra la Reina y dos levantamientos en Cuba. ¡Un verdadero paraíso!

Del destronamiento de Isabel II a don Alfonso XII, algo menos de treinta y cuatro años, 27 Gobiernos, un Rey extranjero que dura dos años, una República que en once meses tiene cuatro Presidentes, una guerra civil de siete años (última guerra carlista), diversas revoluciones de carácter republicano, sublevaciones cantonales; una guerra exterior con los Estados Unidos y la pérdida de los últimos restos de nuestro Imperio colonial, dos presidentes del Gobierno asesinados y dos nuevas Constituciones.

De la coronación de Alfonso XIII al 14 de abril de 1931, período en que España, arruinada y desarmada, arrastra una vida más tranquila, en los primeros veintiocho años, 29 Gobiernos, dos presidentes asesinados, tres atentados contra el Rey, varios movimientos revolucionarios, un descalabro militar y proclamación de la Dictadura. Esta dura siete años, único paréntesis, con término de la guerra de Marruecos, de paz, de orden y progreso. En el año que le sucede, dos Gobiernos que terminan en el destronamiento del Rey y el hundimiento de nuestra Monarquía secular.

La República, que va de abril de 1931 a julio de 1936, compendia todas las alteraciones, revoluciones y anarquía de todas las épocas anteriores. En poco más de cinco años hubo dos Presidentes, 12 Gobiernos, una Constitución constantemente suspendida, repetidos incendios de conventos, iglesias y persecuciones religiosas; siete intensos movimientos de perturbación del orden público, una revolución comunista, el intento de separación de dos regiones y el asesinato, por orden del Gobierno, del jefe de la oposición. El balance no puede ser más desdichado. Si para otros puede constituir el régimen democrático, inorgánico y de partidos, una felicidad, o al menos un sistema llevadero, ya se ve lo que para España constituyó y lo que ha representado a través de la Historia lo que hoy sin derecho y con torpeza se le ofrece.

Francisco Franco Bahamonde

(14-V-1946: Madrid.—Cortes Españolas.)


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