Pensamiento de Franco: La Segunda Guerra Mundial y la gran revolución científica y tecnológica.

 Al servicio de la destrucción o del bienestar humano

Desde aquellos principios de mi vida escolar hasta el momento que vive hoy el mundo, se ha operado una honda transformación en la esencia y proyección de las ciencias que cultiváis. Sin duda, hasta 1940 y durante un período de cien años, tuvo lugar una amplia revolución científica, pero de esa fecha a hoy, en menos de un cuarto de siglo, el cambio ha sido explosivo, con una fascinante penetración en el mundo de lo tenido por infinitamente pequeño, como el núcleo atómico o el núcleo de la célula y en de la infinita dimensión que representan los vastos espacios siderales.

Y es doloroso considerar que fue la Segunda Guerra Mundial, como años atrás la anterior, en distinta escala, causa indirecta de esta intensa y extensa promoción científica. Hay una estrecha relación entre estas luchas de exterminio que son las guerras y el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Movilizadas éstas por un elemental principio de supervivencia, unas veces contribuyen a la desolación; pero otras, felizmente las más, conducen al bienestar y la salud. Triunfan los países que contaban ya con una ordenación científica investigadora y una estructura técnica capaz de una pronta adaptación al desarrollo necesario y, al ensancharse por imperativos del momento, en tensa y permanente disposición de científicos y técnicos, permite una integración de equipos en ritmo tal de iniciativas y ejecución que alcanza, a través de una investigación dirigida por exigencias de cada día, los más revolucionarios logros capaces de modificar sustantivamente nuestros conocimientos científicos y abrir las más vastas perspectivas en órdenes diversos de la aplicación.

Francisco Franco Bahamonde

(27-VII-1965: Universidad de Santiago de Compostela.)


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