Antonio Izquierdo, testigo de cargo

 
PPG – FNFF 
 
 
 
Antonio Izquierdo Ferigüela nació en Cáceres en 1932 y, desde muy joven, se dedicó al periodismo, al entrar en el diario Arriba en 1957. En octubre de 1968, el Ministro de Educación y Ciencia, José Luis Villar Palasí, le nombró Jefe del Gabinete de Medios Informativos. Tras ocupar dicho cargo se reincorporó al Arriba, en el que desempeñó la Jefatura de editorialistas desde 1971, y luego fue nombrado Director del diario entre enero de 1974 y febrero de 1975.
 
   En 1977 accedió a la dirección de El Alcázar, órgano de la Confederación Nacional de Combatientes, del que era articulista, y elevó sus ventas enormemente. Permaneció al frente de este periódico hasta el 8 de enero de 1987 en que fue cesado por la dirección de DYRSA (Diarios y Revistas, S.A.), editora del matutino siendo sustituido en dicha dirección por Miguel Ángel García-Brera, hasta entonces Redactor-Jefe del periódico.
 

   Antonio Izquierdo siempre fue una persona fiel a la ideología falangista. El periódico El Alcázar fue cerrado “democráticamente” en 1988, como resultado de su falta de medios financieros para subsistir, provocada por la discriminación en materia de publicidad institucional que sufrió por parte del sistema. Dicha discriminación fue reconocida mediante una sentencia del Tribunal Supremo en 1994 en la que se otorgaba el derecho a una indemnización de 2.958.395.142 pesetas a costa del Estado español a favor de la empresa editora. Sin embargo, el periódico, una vez cerrado, ya no volvió a editarse, empleándose el dinero recibido para pagar a los acreedores.
 
   Impulsó y promovió la creación del movimiento Juntas Españolas, en el que logró integrar a Solidaridad Española, liderada por Antonio Tejero Molina y al Movimiento Católico Español, todo ello con el apoyo de la Confederación Nacional de Combatientes.
 
   Pluma incisiva y brillante, sus artículos eran muy leídos y comentados. También publicó varios libros:
El año siguiente (Vassallo de Mumbert. Madrid 1978);
Yo, testigo de cargo (Planeta. Barcelona 1981);
Claves para un día de febrero (Planeta. Barcelona 1982);
Los pasos sin huellas (Dyrsa. Madrid 1883);  
Una luz tras el ocaso (Dyrsa. Madrid 1984);
Elegía por la generación perdida (Dyrsa. Madrid 1985, junto a Juan Blanco Ortega).
 
   Estos libros, sus conferencias y otros escritos, conforman no sólo la expresión última de un temperamento polémico, sino el resultado de una ideología y madurez cultivada, atenta, observadora y sobretodo, honrada y leal. Obtuvo los Premios Nacionales de periodismo Francisco Franco, en 1969, y José Antonio Primo de Rivera, en 1971. Inauguró el Mesonero Romanos de la Villa de Madrid y el Ruiz del Castillo del Instituto Nacional de Estudios de Administración Local.
 
   Falleció el 20 de enero de 1999 en Madrid a los 67 años de edad, como consecuencia de un enfisema pulmonar que se complicó en los últimos días con una neumonía. 
 
 
 

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