Ernesto Giménez Caballero, GeCé o la inteligencia

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Ernesto Giménez Caballero nació en Madrid el 2 de agosto de 1899. Fue Falangista, ideólogo, político, escritor y Diplomático. Hijo de un modesto empleado de imprenta que prosperó en el negocio de las artes gráficas creando su propia empresa en la calle Huertas de Madrid, en la casa donde vivió Cervantes.
 

   Se licenció y doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid. Fue compañero de curso de Xavier Zubiri y llegó a colaborar en la revista Filosofía y Letras, que habían promovido estudiantes como Pedro Sáinz Rodríguez o Vicente Aleixandre. Fue Américo Castro el profesor con el que mantuvo más relación, y fue Castro quien facilitó al recién licenciado un puesto en la Universidad de Estrasburgo, como profesor de Lengua y Literatura, ciudad en la que vivió durante el curso 1920-1921. Más tarde ganó la cátedra de Literatura del Instituto Cardenal Cisneros de Madrid. Fue también profesor de Literatura en la Escuela Oficial de Periodismo y ejerció durante varios años como diplomático en Hispanoamérica.
 
   Fue un impulsor de las vanguardias literarias en España, tales como el surrealismo, el ultraísmo y el futurismo. Su Yo, inspector de alcantarillas es probablemente la primera publicación surrealista española. En 1923 publica Notas marruecas de un soldado, después de haber servido en la Guerra de África. El libro, editado por él mismo y que le hizo famoso de la noche a la mañana, le supuso un proceso militar por desacato. Tras el pronunciamiento de Miguel Primo de Rivera, Giménez Caballero fue absuelto, y el General se declaró lector y partidario de las ideas que Giménez Caballero había expresado.
 
   Volvió a Estrasburgo, donde conoció a una italiana, Edith Sironi, con la que se casó en Madrid el 4 de mayo de 1925. Publicó por entonces varios ensayos y reseñas en Revista de Occidente y El Sol (estos recogidos en 1927 en un libro singular, Carteles, que firmó con el pseudónimo Gecé). Colaboró desde su primer número en la Revista de las Españas.          
 
   Poco después de publicar, en 1927, Los toros, las castañuelas y la Virgen, fundó la más importante de las revistas de vanguardia españolas, La Gaceta Literaria, en la que colaboraron Federico García Lorca y Salvador Dalí.
 

   Giménez Caballero fue también uno de los primeros intelectuales españoles en abrazar abiertamente las ideas Nacionalsindicalistas, de las que se sentía el «Precursor hispanida». Participó de forma destacada en la fundación de las JONS. De su caletre salió la idea de unificar el falangismo con el tradicionalismo.
 
   Obras importantes suyas son Genio de España (1932) o La nueva catolicidad (1933). Destaca la aparición el 1º de enero de 1927 de La Gaceta Literaria, la revista cuya «criatura fue llamada Generación del 27». Giménez Caballero dirigía esta publicación quincenal. Fue Ortega quien abrió el primer número de La Gaceta Literaria, “Sobre un periódico de las letras”, revista que en sólo unos meses iba a convertirse en referencia de las vanguardias y contó con una nómina impresionante de colaboradores. En los dos números de la citada revista de agosto de 1928 publicó esa etapa italiana, luego recogida en el libro Circuito imperial (1929).
 
   También se interesó por el cine, realizó varios documentales y cortos y fundó el primer cine-club en España en 1928. Allí se estrenó el primer film surrealista: Un chien andalou, (Un perro andaluz,), de Luis Buñuel y Salvador Dalí, así como La edad de oro, del mismo Buñuel.
 
   Destacó también como cartelista, inventor de los carteles literarios futuristas que firmaba como Gecé. Al proclamarse en 1931 la República, las posiciones políticas de Giménez Caballero, y el ser miembro fundador de La Conquista del Estado, junto a Ramiro Ledesma Ramos, determinaron que se fuese quedando solo, y aunque La Gaceta se mantuvo hasta 1932, Giménez Caballero tuvo que escribir en solitario seis números que llevan como subtitulo El Robinsón literario de España.
 
   En La Gaceta Literaria mantuvo una constante atención por lo sefardita. Incluso Primo de Rivera le envió a una gira por los Balcanes para pronunciar conferencias a las comunidades sefardíes. En 1931 aparece como uno de los firmantes del manifiesto inicial de La Conquista del Estado, donde fue colaborador activo.
 

   En 1932 publica Genio de España (exaltaciones a una resurrección nacional y del mundo). En marzo de 1933 es uno de los impulsores de El Fascio, publica La nueva catolicidad (teoría general sobre el fascismo en España), en octubre de 1933 participa en la fundación de Falange Española y desde diciembre colabora en la revista FE.          
 
   En 1935 obtuvo la cátedra de Literatura del Instituto Cardenal Cisneros de Madrid, donde opositaban 300. Al estallar la Guerra estaba en Madrid, de donde pudo escapar. En noviembre de 1936, vía Italia, logró llegar a Salamanca, donde Franco le confió, a las órdenes del General Millán Astray, la organización de la propaganda.
 
   En Pamplona, tras el cursillo correspondiente, se convirtió en Alférez Provisional. En abril de 1937 colaboró activamente en la Unificación,  redactando incluso el Decreto de la creación del nuevo Movimiento resultado de la conjunción de los falangistas con los requetés: Falange Española Tradicionalista de las JONS, organización de cuyo Secretariado pasó a formar parte.
 
   Al terminar la guerra volvió a desempeñar su Cátedra en Madrid, actividad que simultaneaba con los cargos de Consejero Nacional del Movimiento, Procurador en Cortes y Consejero de Educación.         
 
   Después su acción política se orientó al terreno diplomático. Ocupó la Agregaduría Cultural en la Embajada Española en Paraguay, luego en Brasil y en 1958 fue nombrado Embajador en Paraguay, cargo en el que se mantuvo durante 14 años hasta su jubilación.
 
   Obtuvo dos veces el Premio Nacional de Literatura José Antonio Primo de Rivera. En 1985 obtuvo su último premio literario, el Premio Espejo de España, ex aequo con Emilio Romero, otorgado por la Editorial Planeta, por su obra Retratos españoles (bastante parecidos). Otras obras suyas son: Hércules jugando a los dados, Julepe de menta, Lengua y literatura de la hispanidad (Tres volúmenes), Memorias de un dictador, Cartageneras y Sprinters.
 
   Murió en Madrid el 14 de mayo de 1988 a la edad de 88 años.

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